Recorre los valles más salvajes de Madeira hasta Eira do Serrado para disfrutar de vistas panorámicas, prueba los pastelitos de castañas en Curral das Freiras y termina el día con una Poncha junto al mar en Câmara de Lobos—todo con recogida en hotel y guía local experto en cada curva del camino.
No esperaba que el camino hasta Eira do Serrado fuera tan espectacular—un momento estábamos pasando entre casas con azulejos y hortensias, y al siguiente solo había acantilados y nubes. Nuestra guía, Ana, señaló un halcón que volaba en círculos sobre el valle (“Siempre está aquí,” dijo, como si fuera parte del equipo). El aire olía fresco, casi frío, a pesar de ser junio. Desde el mirador intenté sacar una foto pero, sinceramente, la forma en que Curral das Freiras se esconde entre esas montañas… mi móvil no pudo captar su magia. Hay que verlo con los propios ojos.
El descenso hacia el Valle de las Monjas duró unos veinte minutos—pareció más con tantas curvas cerradas (confieso que agarré el asiento un par de veces). En el pueblo todo parecía ir más despacio. Los viejos charlaban frente a un café; alguien saludaba desde un huerto lleno de judías y lo que parecían castaños. Ana nos dio unos pastelitos hechos con castañas locales—calentitos, con un toque dulce y terroso. No soy muy de postres, pero ese sabor me sigue rondando. Es curioso cómo algo tan sencillo se queda contigo.
De regreso paramos en Câmara de Lobos. El puerto estaba lleno de vida, con pescadores arreglando redes y niños corriendo por el muelle. Ana pidió Poncha para todos—me enseñó a decir “saúde” antes de brindar (yo lo pronuncié fatal; ella se rió). La bebida quemaba un poco al bajar, pero sabía a miel y limón a la vez. Dicen que Churchill pintó aquí, pero yo estaba demasiado entretenido mirando los barcos mecerse al sol para pensar en historia del arte. Ese aire salado mezclado con cítricos aún se me quedó en la chaqueta.
El trayecto de Funchal a Curral das Freiras (Valle de las Monjas) dura unos 20 minutos tras pasar por Eira do Serrado.
Sí, la recogida y regreso al hotel en Funchal están incluidos sin coste adicional.
El pueblo es famoso por sus castañas locales, que se usan en pasteles y en la cocina diaria.
Sí, hay una parada en Câmara de Lobos donde podrás probar Poncha y ver el puerto pesquero.
Dependiendo del grupo, el tour puede contar con guía multilingüe.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Funchal, todos los impuestos y entradas, además de un guía local profesional que te contará historias en cada curva—desde miradores de montaña hasta dulces de castaña y la degustación de Poncha antes de volver.
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