Surca las olas de Madeira en grupo pequeño con biólogos marinos que te guían a encuentros con ballenas y delfines—sin multitudes ni persecuciones, solo momentos tranquilos junto a estos animales salvajes. Escucha su respiración, siente la brisa marina y apoya la conservación real cada vez que subes a bordo.
Salimos del muelle de Funchal antes de que mi café terminara de hacer efecto, con el aire salado colándose por las mangas. El barco era más pequeño de lo que imaginaba — solo unos pocos, con las rodillas rozándose mientras buscábamos sitio. Marta, nuestra guía (es bióloga marina y se nota — habla de los delfines como si fueran viejos amigos), repartió los chalecos salvavidas y sonrió por algo que dijo el capitán en portugués. Intenté repetirlo y me sacó una risa. El motor rugió, rápido y potente, y de repente la costa de Madeira se fue haciendo pequeña detrás de nosotros.
El mar aquí se siente distinto — más frío, más vivo de alguna manera. Navegamos entre parches de sol y sombra, todos entrecerrando los ojos hacia el horizonte. Marta nos indicó dónde buscar los chorros de aire (“no son salpicaduras — ¡fíjate en la niebla!”), y justo cuando empezaba a pensar que no veríamos nada, alguien soltó un suspiro. Ahí estaban: calderones, siluetas oscuras que se movían justo frente a la proa. Se desplazaban tan silenciosos que casi los pierdo de vista al principio. Nada de persecuciones ni aglomeraciones — solo flotamos cerca mientras Marta susurraba datos sobre sus rutas migratorias. Fue un momento respetuoso, casi como espiar otro mundo.
No esperaba recordar tanto los sonidos — no solo las ballenas al salir a la superficie (ese exhalar húmedo), sino también el silencio repentino cuando todos dejamos de hablar. En un momento, un grupo de delfines pasó zumbando, destellos plateados bajo el agua. Alguien dejó caer el móvil intentando grabar (no te preocupes, sobrevivió). De regreso, Marta nos contó cómo cada tour ayuda a la investigación local; se notaba que estaba orgullosa de eso. Horas después, mis brazos aún olían a sal.
El tour dura aproximadamente 2 horas en el mar antes de regresar al muelle.
Es apto para todos los niveles físicos, pero no se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardiovasculares.
Sí, el tour es guiado por un equipo experto que incluye biólogos marinos que comparten sus conocimientos durante toda la experiencia.
Se utiliza una embarcación rápida y ágil, diseñada para grupos pequeños y minimizar el impacto en la fauna.
No incluye recogida en hotel; hay opciones de transporte público cerca.
No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardíacos.
No, no se permite alimentar ni perseguir; los encuentros son éticos y respetuosos con la fauna en su hábitat.
Tu día incluye todos los chalecos salvavidas necesarios, además de tasas y cargos cubiertos—solo tienes que llegar al muelle de Funchal y unirte a un grupo pequeño con guías expertos antes de volver tras dos horas en el mar.
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