Súbete a un tuk tuk y recorre el barrio de Alfama en Lisboa con un guía local que conoce cada rincón. Probarás ginginha en un bar de callejón, harás paradas en miradores como Senhora do Monte y Portas do Sol, y visitarás catedrales centenarias, mientras descubres detalles de la vida cotidiana que pasarías por alto.
Lo primero que me llamó la atención fue el sonido: ese pequeño motor del tuk tuk que zumbaba mientras nos colábamos por las calles más estrechas de Alfama. Nuestro guía, João, saludó a una señora mayor que colgaba la ropa desde su ventana (y ella le respondió, lo que me sacó una sonrisa). El aire olía a sardinas a la parrilla y a algo dulce, ¿quizás pasteles? Me golpeaba la rodilla contra el lateral, pero la verdad es que eso hacía que todo se sintiera más auténtico. Empezamos cerca de la Praça da Figueira y João nos señaló cómo cambiaba el color de las piedras bajo nuestros pies al entrar en la parte más antigua de Lisboa.
Había visto fotos del Miradouro da Senhora do Monte, pero estar allí —con el viento jugando con mi camisa y la ciudad extendiéndose abajo como un mapa descolorido— era otra cosa. Hubo un momento de silencio, nadie dijo nada. Entonces João rompió el silencio contándonos sobre Amália Rodrigues, que descansa en el Panteón Nacional (“la reina del fado”, dijo casi en voz baja). También paramos en Portas do Sol; intenté sacar una foto pero terminé simplemente mirando cómo el sol brillaba sobre el río. A veces olvidas levantar la vista del móvil, ¿verdad?
Nos metimos unos minutos en la Catedral de Lisboa —paredes de piedra frescas y ese olor antiguo a iglesia (¿cera? ¿polvo?). João nos habló de las capas de historia que guarda: romanos, moros, terremotos. Mi pareja intentó pronunciar “São Vicente de Fora” y lo dijo tan mal que hasta João se rió. Había azulejos por todas partes —azules, con bordes gastados, como si miles de manos los hubieran tocado. En un momento probamos ginginha (licor de cereza) en un bar diminuto en un callejón; picaba un poco al bajar, pero me calentó el cuerpo.
Siempre recuerdo esa vista desde Santa Luzia —buganvillas rosas trepando por paredes blancas, tranvías resonando en algún lugar abajo. Todo el día se sintió un poco caótico y vivo; nada perfecto ni preparado, simplemente... real. Si quieres conocer Alfama sin sentir que estás tachando lugares de una lista, este tour en tuk tuk es justo lo que buscas.
La duración no está especificada exactamente, pero cubre varios sitios principales de Alfama con paradas en miradores y monumentos.
El tour incluye WiFi a bordo, pero no menciona recogida en hotel específicamente.
Sí, bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o silla de paseo; hay asientos especiales para bebés.
Visitarás el Panteón Nacional, la iglesia de San Vicente de Fora, la Catedral de Lisboa (Sé) y varios miradores como el Miradouro da Senhora do Monte.
El tour es apto para todos los niveles físicos; también se permiten animales de servicio.
Hay opción de probar la típica ginginha (licor de cereza) mientras recorres las calles estrechas de Alfama.
Tu día incluye un paseo en tuk tuk por el histórico barrio de Alfama con WiFi a bordo, visitas guiadas a lugares emblemáticos como el Panteón Nacional y la Catedral de Lisboa, paradas en miradores panorámicos como Senhora do Monte y Portas do Sol, y tiempo para degustar la tradicional ginginha antes de regresar al punto de partida.
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