Remarás directo al corazón de las cuevas marinas de Ponta da Piedade con un guía local, partiendo en catamarán desde Lagos. Risas, chapuzones fríos, momentos de silencio bajo acantilados salvajes y tiempo para nadar o simplemente flotar después del kayak. No es solo paisaje, es vivir la costa del Algarve por una tarde.
“Vas a querer mantener el móvil seco en esta parte,” nos dijo sonriendo nuestro guía João mientras caminábamos por la cubierta en el puerto de Lagos. Apenas me había acostumbrado a la brisa salada cuando ya estábamos deslizándonos en ese catamarán grande y robusto, con música suave de fondo y todos algo nerviosos pero emocionados. João repartió los chalecos salvavidas y empezó a contarnos sobre los acantilados que teníamos delante, a los que llamaba “los huesos viejos de Portugal”. Me gustó esa imagen. El aire olía a crema solar y algas, que en realidad es mucho más agradable de lo que suena.
El primer chapuzón en el kayak fue más frío de lo que esperaba. Mi amigo intentó estabilizarnos, pero dimos una vuelta completa — João se rió y nos dijo que pronto le cogeríamos el truco. El agua aquí tiene un verde cristalino muy especial, y cuando remas cerca de esos arcos en Ponta da Piedade, puedes escuchar tu voz rebotar en las rocas. João señaló una roca que parecía un elefante (yo no la vi al principio) y nos contó cómo los pescadores se refugiaban en estas cuevas durante las tormentas. Hubo un momento en que todo quedó en silencio, solo se oían los golpes de los remos y algunas gaviotas volando arriba — todavía recuerdo esa calma.
Después de más o menos una hora navegando entre acantilados y pequeñas playas (algunas tan pequeñas que solo cabían dos personas), volvimos al catamarán con los brazos temblorosos pero contentos. Alguien me retó a tirarme por el tobogán del barco; lo hice y tragué medio Atlántico, pero valió la pena por los aplausos de todos. Nos quedamos flotando un rato, con el sol en la cara y la sal secándose en la piel. El regreso se sintió más lento, como si nadie quisiera que terminara todavía. Si buscas una excursión desde Lagos que te haga sentir parte de este lugar, no solo un espectador, este tour en kayak es difícil de superar.
La experiencia completa dura alrededor de 2 horas y 15 minutos, incluyendo kayak y tiempo para nadar.
Sí, un guía local profesional acompaña al grupo por las cuevas y la costa.
No, no hace falta experiencia; te enseñan todo a bordo antes de empezar.
Sí, niños desde 5 años pueden unirse si van acompañados por un adulto.
No, el punto de encuentro es en el puerto de Lagos; no hay recogida en hoteles.
Sí, después del kayak hay tiempo para nadar o tirarse por el tobogán del catamarán.
El tour puede ser guiado por un guía multilingüe.
Tu día incluye todo el equipo para kayak, guía local profesional durante el recorrido en agua y tierra, impuestos locales ya incluidos, además de tiempo para relajarte o nadar desde el catamarán antes de regresar juntos al puerto de Lagos.
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