Saldrás desde Lagos con un grupo pequeño y un guía local, navegando junto a acantilados impresionantes hacia las grutas de Ponta da Piedade. Descubre playas secretas solo accesibles en barco, historias divertidas del patrón y la luz jugando dentro de las cuevas marinas. La mezcla de risas, aire salado y rocas salvajes te acompañará mucho después de volver a tierra.
Sentí una mezcla extraña de nervios y emoción al subir al pequeño barco en el puerto de Lagos — quizás porque había visto tantas fotos de Ponta da Piedade pero nunca imaginé estar aquí en persona. El sol ya calentaba, pero una brisa salada hacía que todo se sintiera más ligero. Nuestro guía, João, tenía esa calma especial — bromeó sobre cómo todos pronunciamos mal “Ponta da Piedade” (yo la primera), luego repartió los chalecos salvavidas y nos explicó el rumbo. No esperaba reír antes siquiera de zarpar.
El agua cambió de color en cuanto nos acercamos a los acantilados — pasó de un azul normal a un turquesa casi cristalino. João señaló unas playas diminutas escondidas entre las rocas, accesibles solo en barco. Empezó a contarnos historias de piratas y pescadores de Lagos; algunas parecían inventadas, pero de la mejor manera. En un momento bajó la velocidad para que intentáramos ver la roca con forma de “cabeza de elefante” — me costó un buen rato, pero al final la encontré. Hay algo especial en estar justo bajo esos acantilados, escuchando cómo el agua golpea la piedra, que te hace sentir pequeño de la mejor forma.
Dentro de las grutas, todo olía ligeramente a algas y sal — nada desagradable, solo auténtico. La luz rebotaba en las paredes de la cueva creando patrones extraños; intenté sacar una foto pero la dejé porque nunca quedaba bien en el móvil. João seguía señalando formas: gemelos, Titanic, cabeza de camello… vi algunas, otras se me escaparon. Nos contó que su abuelo pescaba aquí antes de que llegaran los turistas. Esa historia se me quedó grabada.
De regreso dejé que mi mano rozara el agua un momento (probablemente no está permitido, pero nadie se dio cuenta). Estaba más fría de lo que esperaba. Nos quedamos en silencio un rato — solo escuchando a las gaviotas y viendo cómo Lagos se acercaba de nuevo. Curioso cómo a veces son esos momentos tranquilos los que más recuerdas.
El tour no tiene una duración exacta, pero normalmente estos paseos duran entre 1 y 2 horas desde el puerto de Lagos.
Sí, todos los pasajeros reciben el equipo de seguridad, incluyendo chalecos salvavidas.
Sí, los bebés pueden participar y deben ir en el regazo de un adulto; también se permiten cochecitos.
Sí, los animales de servicio están permitidos en este tour.
El equipo es multilingüe, así que la mayoría de los viajeros podrán comunicarse sin problemas durante la excursión.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del puerto de Lagos, donde salen los tours.
Tu día incluye un paseo guiado en barco con tripulación multilingüe por la costa de Lagos para explorar las cuevas y playas secretas de Ponta da Piedade; todo el equipo de seguridad, como chalecos salvavidas, está incluido antes de zarpar.
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