Recorrerás en silencio el santuario de Fátima, sentirás la historia bajo tus pies en el Monasterio de Batalha, respirarás el aire salado desde los acantilados de Nazaré y te perderás en las callejuelas de Óbidos, con tiempo para sabores locales y relatos en el camino. Sin prisas, con un toque personal.
No esperaba que el silencio en Fátima me impactara tanto. Nuestro guía, Pedro, que creció cerca, nos dejó simplemente quedarnos un momento en la plaza. Se sentía un leve aroma a cera de tantas velas y un eco suave alrededor de la basílica. No soy religioso, pero sentí que algo se asentaba en el pecho. Pedro nos señaló las tumbas de los pastorcitos y contó historias como si los hubiera conocido de verdad. Podríamos haber quedado para la misa, pero la verdad es que estaba más pendiente de ver a la gente encender velas y susurrar sus deseos.
Después fuimos al Monasterio de Batalha, y es imposible no sentirse pequeño bajo tanta piedra tallada. El aire adentro es fresco, incluso cuando afuera hace calor, y casi podías oír a los monjes antiguos paseando (o tal vez era mi estómago rugiendo porque me salté el desayuno). Pedro explicó cómo el rey João prometió construirlo tras una batalla; lo contó como si fuera un chisme familiar más que una clase de historia. El trayecto entre paradas es rápido, unos treinta minutos, así que no da tiempo a aburrirse mirando por la ventana.
Nazaré fue la sorpresa más grande. Huele a algas y pescado a la parrilla cerca de la playa, pero desde el acantilado las vistas de las olas rompiendo abajo son impresionantes. Había mujeres mayores con faldas de colores vivos vendiendo nueces en el mirador; intenté decir “obrigado” y se rió de mi acento. Todavía recuerdo esos colores contra el cielo gris. Y luego Óbidos: calles serpenteantes, flores por todos lados, paredes blancas con bordes azules. Probamos la Ginginha d’Óbidos en una tacita de chocolate, dulce y pegajosa, se acabó demasiado rápido. Mis zapatos resbalaron en los adoquines un par de veces; a nadie le importó.
El tour suele durar todo el día y se adapta a tus horarios y preferencias.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos en la reserva.
Sí, al ser un tour privado puedes ajustar tiempos o añadir y quitar paradas a tu gusto.
No incluye almuerzo, pero el guía puede recomendarte lugares locales para comer en la ruta.
Disponemos de sillas especiales para bebés y se pueden usar cochecitos o carriolas para niños pequeños.
Se recomienda vestir de forma modesta, con los hombros cubiertos para entrar en iglesias o basílicas.
El tour es adecuado para la mayoría, aunque algunas calles adoquinadas en Óbidos pueden ser irregulares.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Lisboa (o alrededores), todo el transporte en una minivan cómoda con aire acondicionado y espacio para relajarte entre paradas. Contarás con un guía privado que se adapta a tu ritmo y flexibilidad para quedarte más tiempo donde prefieras antes de volver por la tarde.
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