Recorrerás el dramático cráter de la Caldeira de Faial con un guía local que conoce cada recoveco del sendero. Prepárate para caminos tranquilos, vistas a la isla y una auténtica experiencia de la naturaleza azoriana—todo en medio día.
Lo primero que me impactó al bajar de la furgoneta fue el olor fresco y terroso—como musgo húmedo y hojas viejas. Nuestra guía, Ana, repartió bastones de senderismo y señaló un sendero estrecho que abraza el borde de este enorme cráter volcánico. El borde de la Caldeira mide unos 7 km en total; desde lejos parece sencillo, pero querrás llevar un calzado adecuado. Comenzamos en sentido horario, con nubes que se deslizaban justo sobre nuestras cabezas, despejándose a ratos para dejar ver la isla de Pico a lo lejos.
Arriba apenas se escucha nada salvo el viento y el crujir de tus propios pasos sobre la grava. Hay un par de tramos donde el camino se estrecha—una barandilla metálica ayuda si no te llevas bien con las alturas (yo la agarré fuerte un par de veces). Ana nos contó cómo el volcán entró en erupción por última vez hace siglos, moldeando el salvaje corazón de Faial. Conocía cada planta por su nombre—hay un pequeño arbusto de arándano azoriano que solo crece aquí. A mitad del recorrido hicimos una parada para un picnic: queso local, pan y jugo dulce de piña en un termo. El clima puede cambiar rápido; lleva una chaqueta ligera aunque salga el sol al partir de Horta.
El sendero es mayormente fácil, aunque tiene algunos tramos estrechos con barandillas. Si te sientes cómodo caminando 7 km y no te molestan un poco las alturas, estarás bien.
Si hay nubes o viento en la Caldeira, tu guía puede sugerir reprogramar—las vistas y la seguridad son mejores en días despejados.
¡Sí! Hay un picnic con snacks y bebidas locales incluido a mitad del recorrido.
Incluye transporte privado en vehículo con aire acondicionado, seguro para tu tranquilidad, además de snacks y bebidas para tu descanso picnic a lo largo del borde.
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