Si quieres conocer la Isla de Pico más allá de las postales, esta excursión te ofrece historias auténticas y sabores únicos—desde viñedos sobre lava hasta piscinas naturales escondidas y un vistazo a la agricultura local de plátanos. Es una experiencia personal, relajada y llena de pequeñas sorpresas en el camino.
El viaje en ferry desde Faial a Pico siempre es un poco fresco por la mañana—el viento en el cabello, la sal en el aire. Nuestro guía nos esperaba justo en el muelle con una sonrisa y un termo de café fuerte (al estilo de las Azores, nada dulce). Primera parada: los antiguos viñedos. Caminando entre esos muros de piedra volcánica negra, se siente lo duro que debió ser para las familias cultivar uvas aquí. El guía señalaba pequeñas flores silvestres asomándose entre las rocas—decía que solo florecen después de la lluvia primaveral.
Llegamos a São João justo cuando subía la marea. Las piscinas naturales parecían casi vacías, salvo por dos niños que se retaban a saltar al agua. El agua es cristalina pero fría—los locales dicen que te acostumbras en uno o dos minutos. Un leve aroma a algas y pescado a la parrilla proveniente de un café cercano flotaba sobre las rocas. Tomé algunas fotos antes de seguir adelante.
El pueblo de Lajes parece detenido en el tiempo. Almorzamos en un lugar pequeño donde el dueño conocía a nuestro guía por su nombre—caldeirada de pescado y pan fresco, nada sofisticado pero delicioso. Después, paseamos por el Museo Ballenero. Dentro reina el silencio; casi se escuchan las historias antiguas resonando entre las vigas de madera. El guía compartió anécdotas sobre su abuelo que trabajó en esos barcos—todo se volvió muy real.
La última parada fue la plantación familiar de plátanos, escondida tras unos muros de piedra. Revisamos si había racimos maduros (uno casi listo). Se percibía el olor a tierra y hojas verdes por todas partes—un contraste total con la costa salada que visitamos por la mañana.
¡Sí! Los niños son bienvenidos—hay cochecitos y asientos para bebés disponibles si es necesario.
No es necesario—el almuerzo está incluido en el pueblo de Lajes, además habrá oportunidades para comprar snacks durante el recorrido.
El trayecto en ferry suele durar unos 30 minutos por trayecto, dependiendo de las condiciones meteorológicas.
Tendrás tiempo libre en São João; nadar depende de las mareas y el clima, pero es posible si las condiciones son adecuadas.
Tu día incluye transporte privado por Pico, billetes de ferry ida y vuelta desde Faial, un guía local certificado que conoce los mejores lugares (y sus historias), además del almuerzo en el pueblo de Lajes. Todo está organizado—solo tienes que llegar listo para la aventura.
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