Comienza en el puerto de Ponta Delgada con biólogos marinos que te cuentan las tradiciones de avistamiento en Azores antes de zarpar en el barco que elijas. Disfruta encuentros cercanos con delfines o ballenas (avistamientos garantizados), comentarios expertos y tiempo para empaparte de la costa salvaje de São Miguel —y quizá te quedes pensando en ese primer chorro de agua mucho después de volver a casa.
“Mira, ¿ves ese chorro de agua?” Así nos alertó nuestra guía, Joana, mientras navegábamos cerca de la costa de Ponta Delgada. Apenas había terminado de ponerme el impermeable (que olía a sal y goma) cuando todos se movieron rápido hacia babor. Era temprano pero ya claro, y el océano se veía tan profundo y azul que parecía irreal. No podía dejar de pensar en lo distinto que era respecto a ver ballenas en la tele; aquí realmente se escucha su exhalación resonando sobre el agua.
Antes de salir del puerto, nos reunimos en una pequeña oficina junto a los muelles —olía a café recién hecho mezclado con aire marino. Joana y otro biólogo nos dieron un resumen rápido: qué ballenas podríamos ver (las cachalotes son habituales), por qué aún usan esos antiguos puestos de vigía en tierra (no tenía ni idea de que seguían usándolos) y cómo mantener la calma si un delfín aparece justo a tu lado. La charla de seguridad fue sencilla pero clara —chalecos salvavidas para todos, especialmente en la lancha rápida. Una pareja a mi lado debatía demasiado entre catamarán o zodiac; yo solo quería salir ya.
Pasamos unas dos horas buscando, a veces navegando en silencio mientras Joana escaneaba con binoculares o señalaba aves marinas que volaban sobre nosotros. Cuando aparecieron los delfines —decenas de ellos— pasaron zumbando por debajo de la proa tan rápido que casi se me cae la cámara. Un niño gritó tan fuerte que su padre casi se cae al agua (tranqui, no pasó). Hay algo muy especial en ver animales salvajes tan cerca sin sentir que invades su espacio —me gustó que insistieran mucho en mantener distancia y no perseguirlos.
De vuelta en el puerto, la gente compartía historias de lo que había visto —alguien logró ver una ballena barbada, pero yo me la perdí. Joana se quedó respondiendo preguntas hasta que todos se fueron a almorzar o a pasear por el pueblo. Sigo pensando en ese primer soplido de ballena resonando en mar abierto —¿sabes? Es difícil de explicar si no lo has vivido.
El tour dura entre 2 y 3 horas en el mar, más el tiempo para el registro y la charla previa.
Sí, garantizan ver cetáceos o te devuelven el dinero si no se avista ninguno.
El tour parte desde el puerto de Ponta Delgada, en la isla de São Miguel.
Sí, biólogos marinos profesionales acompañan cada salida y ofrecen comentarios en vivo.
Puedes elegir entre una lancha rápida rígida (zodiac) o un catamarán más grande.
El tour es apto para todos los niveles y familias; los niños deben ir acompañados por un adulto.
Sí, se entregan impermeables y chalecos salvavidas, que son obligatorios en las embarcaciones pequeñas.
Si el tiempo es adverso, la participación de niños puede estar limitada por seguridad.
Tu día incluye el paseo en catamarán o lancha rápida desde el puerto de Ponta Delgada, la guía de biólogos marinos profesionales durante toda la experiencia, todo el equipo de seguridad necesario como impermeables y chalecos salvavidas, además de avistamientos garantizados de ballenas o delfines —o te devuelven el dinero. Al regresar, los guías quedan disponibles para responder preguntas antes de que sigas tu camino por el pueblo.
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