Vive el Algarve en tus manos conduciendo buggies por senderos de montaña con un grupo pequeño y guía local. Haz una parada en el pueblo de Querença para tomar café y dulces antes de seguir por caminos agrestes. Risas, polvo en los zapatos y historias para contar te esperan.
Lo primero que me impactó fue el polvo — no de mala manera, sino ese aire cálido y seco del Algarve que se levantaba mientras avanzábamos por el camino. Podía escuchar la voz de nuestro guía por la radio pegada a mi casco, señalando alcornoques y olivares. El buggy se sentía firme pero vibraba en las zonas rocosas; mis manos estaban llenas de energía por agarrar fuerte el volante. Apenas llevábamos veinte minutos desde el punto de partida y ya parecía que habíamos dejado atrás las carreteras normales (y a la mayoría de la gente).
Hubo un momento en que subimos una colina y de repente todo se abrió ante nosotros — valles verdes, esas casas claras a lo lejos y un cielo que parecía más grande de lo habitual. Recuerdo pensar, “No esperaba que aquí fuera tan tranquilo.” Los buggies hacían ruido, pero de alguna forma seguía siendo un lugar pacífico. Nuestro guía, João, nos contaba pequeñas historias de cuando creció cerca — incluso paró para que oliéramos el romero silvestre al borde del camino (no tenía ni idea de que creciera así). Intenté pronunciar “Querença” bien cuando nos dijo dónde pararíamos a tomar un café. Él sonrió; seguro que lo dije fatal.
El pueblo en sí estaba tranquilo, en ese buen sentido — un anciano nos saludó desde la puerta de su casa mientras su perro apenas levantaba la cabeza. Nos sentamos en la terraza de un café pequeño; creo que todavía tenía polvo en la cara, pero a nadie le importó. Nos esperaban botellas de agua fría (incluidas en el tour), y João nos indicó cuáles eran los dulces típicos del lugar. Elegí uno al azar y, la verdad, no recuerdo el nombre — pero era dulce y desmenuzable. Después, de vuelta a los buggies para seguir por senderos serpenteantes entre colinas hasta regresar al punto de partida. Mis zapatos aún están sucios de todo eso.
El tour dura unas 3 horas y recorre unos 60 km por caminos off-road.
El tour ofrece opciones de recogida; consulta al reservar para ubicaciones específicas.
Sí, es obligatorio tener un carnet de conducir válido para conducir los buggies durante el tour.
Los niños pueden participar si van acompañados por un adulto; hay asientos especiales para bebés.
Recomiendan ropa cómoda y cerrada, con zapatos adecuados por el polvo y cambios de clima.
Sí, incluyen cascos, polainas, gafas, agua embotellada, seguro y opción de segundo conductor.
No, esta actividad no se recomienda para embarazadas debido al terreno irregular.
Sí, Querença es uno de los últimos pueblos auténticos del Algarve sin aglomeraciones de turistas.
Tu día incluye todo el equipo de seguridad (cascos, gafas, polainas), agua embotellada durante el recorrido, seguro para tu tranquilidad, guía local experto en estos caminos y tiempo para cambiar de conductor si quieres antes de regresar tras la parada en el pueblo.
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