Remarás directo hacia la cueva de Benagil tras un paseo en catamarán desde Portimão—los guías locales se encargan de todo el equipo y las instrucciones. Siente la brisa salada mientras navegas bajo acantilados impresionantes, para luego detenerte dentro de esa famosa cueva bañada por luz dorada antes de nadar o relajarte a bordo. Es auténtico, no perfecto—y por eso lo recuerdas.
“¿En serio vamos a entrar ahí?” Eso fue lo primero que dije cuando nuestro guía, Tiago, señaló la cueva de Benagil desde la cubierta del catamarán. Habíamos salido del puerto de Portimão hacía media hora, el sol ya calentaba mis hombros y el olor a protector solar se mezclaba con el aire salado. El paseo en catamarán fue todo un plan aparte: niños pegados a las barandillas, la abuela de alguien riéndose mientras intentaba decir “praia da Marinha” (yo tampoco lo hice mucho mejor). Había un murmullo constante de portugués entre la tripulación que me hizo sentir como si hubiera caído en un día de verano ajeno.
Subir al kayak fue un poco tambaleante — no voy a mentir, pensé que nos íbamos a volcar. Pero Tiago repartió los remos y nos dio una rápida explicación (lo llamó “la zona sin giros”), y de alguna forma todos logramos partir sin problemas. Remar junto a esos acantilados es algo que aún recuerdo: el agua tan clara que podías ver tu sombra en la arena, y ese eco cuando te acercas a las rocas — aves entrando y saliendo. La palabra clave aquí es sin duda tour en kayak Benagil; si quieres entrar en esa cueva, esta es la única forma. Los barcos no pueden tocar la playa. Cuando pasamos bajo esa gran abertura redonda, la luz entró de golpe y todo se volvió dorado por un instante.
Me quedé un momento atrás mientras los demás sacaban fotos (se pone un poco ruidoso con todos intentando hablar a la vez), pero también había un silencio raro — solo el agua goteando de los remos y algunas gaviotas lejanas. De vuelta, dejé que mis manos rozaran el mar. Tenía los brazos cansados, pero de una forma buena. Algunos se quedaron en el catamarán en vez de remar — con bebidas y música arriba. También puedes nadar si quieres; un chico hizo un clavado desde un costado y su amigo fingió no conocerlo (clásico). Así que no es nada lujoso — es la costa del Algarve real, con narices quemadas por el sol incluidas.
Sí, los guías explican todo y ayudan a todos a empezar—incluso los que nunca han remado lo hacen bien.
Sí, se proporciona todo el material necesario para cada participante.
Sí, los pasajeros pueden relajarse a bordo si prefieren no hacer kayak.
Sí, el transporte y todas las áreas son accesibles para sillas de ruedas.
El paseo por la costa dura unos 30 minutos antes de llegar a Benagil para el kayak.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden viajar en cochecito o carrito a bordo.
Tu día incluye todo el equipo de kayak y material de seguridad, además del apoyo de guías locales amigables durante toda la experiencia. El tour comienza en el puerto de Portimão con un embarque fácil en un amplio catamarán—hay espacio para relajarte si no quieres remar—y termina con tiempo para nadar o tomar el sol antes de regresar.
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