Viaja en tuk tuk desde Albufeira hasta las cuevas de Benagil con un guía local que comparte historias en el camino. Para en la capilla Nossa Senhora da Rocha y en Praia da Marinha para fotos y momentos de paz sobre el mar. Incluye recogida en hotel y fotos de recuerdo — una excursión por el Algarve que no olvidarás.
Me subí al tuk tuk en Albufeira sin tener muy claro qué esperar — es de esos planes que reservas porque suenan divertidos, y de repente te encuentras volando por la costa con el viento en la cara. Nuestro guía, João, ya bromeaba con mis gafas de sol (“¡Las vas a necesitar para los acantilados!”) antes de salir del pueblo. El motor zumbaba bajo nosotros mientras nos dirigíamos hacia Armação de Pêra, pasando por casitas blancas y algún pescador saludando desde su porche. Iba oliendo ese aire a mar mezclado con algo dulce — ¿flores de azahar? Difícil saber con tanta sal en el ambiente.
La primera parada fue Nossa Senhora da Rocha, una capillita diminuta encaramada en un promontorio que se asoma al Atlántico. Había gente local encendiendo velas y João nos contó (con esa paciencia que tienen los guías) cómo los pescadores rezaban aquí antes de salir al mar. Los acantilados crujían bajo mis zapatos — casi pierdo el equilibrio asomándome para sacar una foto. Luego seguimos rumbo a Praia da Marinha, que había visto en fotos pero no esperaba que transmitiera tanta calma. Aunque había gente, se siente un silencio especial al mirar esos arcos y el agua turquesa. João señaló unas rocas que parecían elefantes (yo tuve que entrecerrar los ojos — ¿será?) y me pasó un pastel de nata que había comprado antes. Aún calentito.
Lo mejor fue estar frente a la cueva de Benagil — “la Catedral”, como la llama João — viendo cómo la luz del sol entraba por ese agujero redondo en el techo. No se puede entrar desde tierra, pero la vista desde arriba ya es impresionante; te hace sentir lo antiguo que es todo aquí. También paramos en la playa de Albandeira, donde hay un túnel natural entre las rocas (me agaché y me raspé el codo — típico). Todo duró unas tres horas, pero nunca se sintió apresurado. João no paraba de contar historias de su infancia en la zona; incluso nos mostró dónde aprendió a pescar de niño. Aún recuerdo esa vista de Marinha cuando estoy en casa lavando los platos.
El tour dura alrededor de tres horas de principio a fin.
Sí, incluye recogida y regreso al hotel en Albufeira.
No, se ve la cueva desde arriba; la entrada solo es posible por agua.
Se visitan Praia da Marinha y la playa de Albandeira durante el recorrido.
La edad mínima para participar es de 7 años.
No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas cardiovasculares.
Sí, un guía local acompaña todo el recorrido privado en tuk tuk.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Albufeira, un paseo privado en tuk tuk con un guía local que comparte historias en cada parada, seguro de responsabilidad durante todo el trayecto, además de fotos de recuerdo tomadas en el camino antes de volver a tu alojamiento.
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