En el aeropuerto de Lisboa te espera un conductor local con un cartel con tu nombre, sin tener que buscar taxis ni preocuparte por retrasos. Disfruta de agua embotellada y WiFi durante tu traslado privado a cualquier dirección en el centro, con ayuda con tu equipaje en ambos extremos. Esa bienvenida hace que llegar a Lisboa sea fácil, casi como volver a casa.
No esperaba sentirme tan aliviado solo por ver mi nombre en un cartel en el aeropuerto de Lisboa. Mi vuelo llegó tarde (clásico), pero ahí estaba João, justo donde dijo que estaría. Sonrió y agitó el cartel, como si supiera lo perdido que me sentía. El hall de llegadas olía a castañas asadas desde afuera — o tal vez ese aroma es solo Lisboa en invierno. En fin, João tomó mi maleta antes de que pudiera protestar y me llevó hasta un Mercedes impecable, que honestamente parecía una nave espacial después del avión tan apretado.
El viaje al centro fue tranquilo, en el mejor sentido. Apareció una botella de agua en el portavasos (había olvidado lo sedientos que dejan los aeropuertos) y João señaló el puente 25 de Abril mientras pasábamos rápido. Conducía con calma, no lento, sino sin prisas. Charlamos un poco de fútbol (él es del Benfica, yo no entiendo nada), luego me dejé llevar por el paisaje de fachadas de azulejos que pasaban. El WiFi a bordo me permitió avisar a un amigo que había pasado aduanas — un detalle pequeño, pero importante.
Cuando llegamos justo a la puerta de mi hotel, João salió primero y ya tenía mi maleta lista antes de que me desabrochara el cinturón. Me preguntó si quería recomendaciones para cenar cerca — seguro que debía parecer bastante jetlagged. Fue un comienzo tan sencillo para estar en Lisboa; sin líos con taxis, ni problemas de idioma ni dudas sobre a dónde ir. De verdad, ese primer viaje marcó el tono del resto del viaje — relajado, cuidado y con esa sensación de ya estar un poco en casa. Aún recuerdo ese momento de calma al entrar en la ciudad.
Sí, tienes un vehículo privado solo para ti y tu grupo.
Sí, los conductores son discretos y hablan inglés.
Tu conductor te esperará en llegadas con un cartel con tu nombre.
El servicio incluye seguimiento en tiempo real; el conductor ajusta la hora de recogida si hace falta.
Sí, hay WiFi disponible durante el traslado.
Sí, hay asientos para bebés y niños si los pides al reservar.
Sí, todas las áreas y vehículos son accesibles para sillas de ruedas.
El viaje suele durar entre 20 y 30 minutos, según el tráfico.
Tu viaje incluye recogida con bienvenida en el aeropuerto de Lisboa o en cualquier dirección de la ciudad (con tiempo de espera incluido), agua embotellada para el trayecto, WiFi gratis a bordo para que te conectes nada más subir, ayuda con todo tu equipaje en ambos extremos y viaje en un vehículo privado moderno conducido por un local que habla inglés y conoce bien la ciudad.
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