En Varsovia, amasarás masa con locales, reirás por pierogi imperfectos, aprenderás trucos para doblarlos con un chef amable y probarás licores polacos tradicionales con tu comida. Recibirás las recetas por email para repetir en casa, pero lo que más recordarás es el calor humano alrededor de la mesa.
“No te preocupes, todos fallamos en el primero,” sonrió nuestro instructor mientras intentaba cerrar los bordes de mi primer pierogi. La harina se me pegaba en los dedos, mucho más de lo que esperaba, y la masa era más suave que cualquier otra que hubiera hecho antes. Éramos seis alrededor de la mesa, con las mangas remangadas, escuchando historias sobre cómo cada familia polaca guarda sus secretos para los pierogi. La cocina olía a cebolla frita en algún rincón, y la risa de alguien rebotaba en las paredes de azulejos cuando accidentalmente dejé caer un poco del relleno al suelo (culpa mía).
Me gustó que empezáramos con un poco de historia—nuestra guía nos explicó por qué los pierogi son tan importantes aquí en Varsovia, y cómo hasta la forma de doblarlos dice algo sobre la región de donde vienes. Nos enseñó tres maneras de cerrarlos; los míos quedaron un poco torcidos comparados con los suyos, pero ella solo asintió y dijo “esa es tu firma ahora.” Hicimos rellenos de carne y vegetarianos (el de champiñones fue mi favorito), amasando la masa hasta que nos dolieron las muñecas. Fue un desorden delicioso. En un momento intenté decir “pierogi ruskie” bien—Li se rió tanto que casi se le cae su pierogi.
¿Lo mejor? Comer todo lo que hicimos juntos en una larga mesa de madera mientras pasábamos vasitos de licor casero. El de cereza picaba un poco al bajar, pero dejaba un dulce sabor que duró más de lo que esperaba. Compartimos historias sobre la comida en casa y comparamos nuestros pierogi con formas extrañas—a nadie le importó quién los hizo perfectos. Al final, nos enviaron las recetas por correo (que aún no he probado en casa) e incluso nos tomaron fotos durante la clase. Salí oliendo un poco a masa y cebolla, con la sensación de haber aprendido algo real—no solo sobre comida, sino sobre la gente de aquí también.
Sí, hay opciones vegetarianas y veganas disponibles si las pides al reservar.
Incluye comida (almuerzo o cena según horario), cata de licores polacos, recetas por email, guía personalizada de un chef y fotos durante la clase.
No se especifica exactamente, pero considera varias horas para cocinar y disfrutar la comida completa.
No se recomienda para menores de 8 años; si traes niños, un adulto debe supervisarlos todo el tiempo.
No, el chef te guía paso a paso desde amasar hasta doblar la masa.
No se indica la ubicación exacta, pero está en el centro con opciones de transporte público cercanas.
Sí, te envían las recetas por correo para que puedas hacer pierogi en casa.
Sí, el lugar está bien comunicado con transporte público.
Tu día incluye todos los ingredientes para hacer pierogi de carne o vegetarianos desde cero con la guía práctica de un chef local, una comida completa (almuerzo o cena según horario), degustación de licores polacos tradicionales en la mesa, recetas enviadas por email para que repitas en casa y fotos digitales de la sesión, todo en un lugar accesible con transporte público en Varsovia.
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