Entrarás por las puertas de Auschwitz con un guía local que comparte historias reales, recorrerás en silencio Birkenau y bajarás 140 metros a los frescos túneles de la mina de sal de Wieliczka, con tallas de sal incluidas, recogida en hotel y entradas sin colas para que tu día sea más fácil. No es un viaje sencillo emocionalmente, pero no se olvida.
Empezamos temprano en Kraków, aún medio dormidos cuando llegó la furgoneta, pero agradecidos por la recogida en el hotel. Nuestra guía, Marta, tenía una forma tranquila de explicar todo mientras salíamos de la ciudad. El camino a Oświęcim estaba silencioso, con la niebla baja sobre los campos. No esperaba sentir tanta tensión al cruzar la puerta con el cartel “Arbeit macht frei” en Auschwitz; había visto fotos, pero es distinto estar ahí. Nuestro guía, Tomasz, hablaba suave por los auriculares, señalando los barracones y esas interminables filas de alambre de púas. Me sorprendí frotando el pulgar contra el borde de mi DNI en el bolsillo, buscando algo a qué aferrarme.
El paseo por Birkenau fue aún más silencioso. Aunque los dos campos están a pocos minutos en coche, parecía que cruzábamos una línea invisible. Tomasz nos contó historias de familias llegando en esos trenes; recuerdo una sobre una niña que escondió un pequeño peine en la manga; hizo una pausa y nos dejó estar en silencio un momento. Hacía un viento frío esa mañana y no dejaba de pensar cómo sobrevivían esos inviernos con solo uniformes finos. De regreso en la furgoneta hacia Kraków, todos nos quedamos callados un buen rato.
Almorzamos unos bocadillos comprados en una tienda cerca de Wieliczka, nada especial, pero después de tanta carga emocional, se agradecía algo sencillo. La mina de sal es otro mundo: luces amarillas cálidas reflejándose en paredes rugosas, aire con un leve sabor mineral y fresco incluso en verano. Nuestra guía en la mina, Anna, tenía un humor seco; bromeaba sobre los 400 escalones que bajamos al principio y nos mostró tallas hechas por mineros hace siglos. La Capilla de Santa Kinga es enorme bajo tierra, con candelabros de sal colgando, y puedes pasar la mano por la pared y saborear la sal real si quieres (yo lo hice; es curiosamente satisfactorio). Al final mis piernas estaban cansadas, pero aún recuerdo ese primer silencio que resonaba en los túneles.
La excursión completa dura casi todo el día, alrededor de 10-11 horas incluyendo traslados y descansos.
Sí, la recogida en hotel o traslado desde un punto de encuentro en Kraków está incluida en la reserva.
Se recorren varios kilómetros entre ambos campos; se recomienda llevar calzado cómodo.
Sí, ambas visitas son guiadas por profesionales con licencia que hablan inglés y proporcionan auriculares para oír bien.
La temperatura bajo tierra ronda los 15°C, lleva una chaqueta y calzado resistente para las escaleras.
Sí, si pueden caminar sin ayuda o ser cargados; no se permiten cochecitos dentro de la mina.
No incluye comidas; hay tiempo para almorzar entre visitas (puedes llevar snacks o comprar en el lugar).
Sí, las entradas sin colas para Auschwitz-Birkenau y la Mina de Sal de Wieliczka están garantizadas.
Tu día incluye recogida en hotel o traslado desde punto de encuentro en Kraków con conductor certificado, entradas sin colas para el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau y la Mina de Sal de Wieliczka, guías oficiales en inglés con auriculares, todos los traslados entre sitios, seguro durante toda la excursión y tiempo para almorzar antes de bajar a la mina.
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