Recorre las calles medievales de Krakovia en grupo pequeño con un guía local, escucha leyendas en la Plaza del Mercado y explora el patio del Castillo de Wawel. Siente bajo tus pies piedras con siglos de historia y disfruta de detalles únicos — como el toque de trompeta o el aroma del pan en Floriańska — que harán que este paseo quede en tu memoria mucho después.
Nos encontramos justo fuera de las murallas antiguas, junto al Barbican — casi paso de largo porque me distrajo el sonido de un violinista callejero cercano. Nuestra guía, Kasia, nos llamó y empezó contándonos cómo el Casco Antiguo de Krakovia sobrevivió casi intacto a la guerra. Señaló las marcas en las piedras y dijo que llevan ahí desde que los caballos tiraban de los carros por aquí. Fue en ese momento cuando entendí que no era un lugar reconstruido, sino que todo sigue en pie. El aire tenía ese frescor de la mañana, pero se olía pan recién hecho desde algún punto de la calle Floriańska. Durante casi todo el paseo no pude dejar de pensar en ese pan.
Seguimos la Ruta Real, pasando bajo la Puerta de San Florián (intenté sacar una foto pero el paraguas de alguien se coló en el encuadre — típico). De repente apareció la Plaza del Mercado Principal, llena de palomas y el bullicio de las terrazas. Kasia nos contó sobre los trompetistas que suenan cada hora desde la torre de Santa María — incluso se detuvo a mitad de frase cuando lo escuchamos, sonrió y nos dejó disfrutar ese momento. Había algo en estar ahí, con todos mirando hacia esas agujas, que me hizo sentir pequeño pero de una forma bonita.
Después de atravesar el Parque Planty (que olía a hojas mojadas — había llovido antes), llegamos al patio de la Universidad Jagellónica. Los estudiantes pasaban deprisa sin apenas mirar; Kasia bromeó diciendo que seguro se acercan los exámenes. Nos mostró dónde Juan Pablo II solía saludar desde su “ventana papal” — no esperaba sentir nada, pero fue emocionante ver cómo los locales también se detenían un instante allí.
El último tramo nos llevó colina arriba hasta el patio del castillo de Wawel. La piedra estaba fresca al tacto mientras nos apoyábamos en el muro antiguo escuchando historias de reyes y dragones (aquí cada uno tiene su propia versión del dragón). En un momento me quedé atrás solo para contemplar los tejados — sabes cuando te das cuenta de que estás en un lugar real, no solo visitando puntos turísticos? Aún recuerdo esa vista con cariño.
El recorrido suele durar entre 2 y 3 horas, según el ritmo del grupo y las preguntas.
Sí, todas las zonas y caminos son accesibles para sillas de ruedas y se permiten cochecitos o carritos.
No, se visita el patio del castillo y el exterior de la catedral, pero no las salas interiores.
Verás el Gran Barbican, la Puerta de San Florián, la Plaza del Mercado Principal, el patio de la Universidad Jagellónica, el Parque Planty, la ventana papal y el patio del Castillo de Wawel.
No incluye comidas, pero hay muchos cafés en la ruta para parar antes o después si quieres.
Sí, los niños pueden unirse, pero deben ir acompañados por un adulto durante toda la experiencia.
Tu reserva cubre la tarifa de reserva y el pago al guía; las propinas no son obligatorias pero siempre se agradecen si quieres dejar alguna.
El tour se realiza con cualquier clima salvo que haya riesgo para la seguridad; te recomendamos llevar ropa adecuada para lluvia o frío.
Tu día incluye un paseo guiado en grupo pequeño por el Casco Antiguo de Krakovia con paradas en sitios históricos clave como el patio del Castillo de Wawel y la Universidad Jagellónica; todo dirigido por un guía local profesional. El recorrido es accesible para sillas de ruedas y tu reserva cubre tanto la tarifa de reserva como el pago al guía para que no tengas que preocuparte por nada más.
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