Viaja desde Krakovia en grupo pequeño con guía local, recorriendo Auschwitz I y Birkenau mientras escuchas historias que permanecen mucho después de irte. Incluye recogida en hotel, entrada reservada sin colas y acompañamiento atento — además de momentos de silencio que hablan por sí solos.
Salimos de Krakovia antes de que terminara mi café — la furgoneta estaba en silencio, todos medio dormidos. Nuestro conductor, Marek, nos saludó por nombre, algo que resultó reconfortante para un día tan intenso. El trayecto a Auschwitz duró alrededor de hora y media; observaba el paisaje pasar bajo esa luz grisácea típica de la mañana polaca. Es curioso, pero recuerdo el olor a lluvia en las ventanas y a alguien que, en silencio, desenvolvía un sándwich detrás de mí. Apenas se hablaba. Creo que todos lo sentíamos.
Al llegar a la entrada de Auschwitz I, nuestra guía Anna nos reunió — tenía una calma especial, hablaba en inglés con voz suave pero clara. Nos llevó por la puerta del “Arbeit macht frei” y entramos en esos barracones de ladrillo rojo. Caminar por esos caminos de grava cala hondo. Anna nos mostró fotos de los prisioneros — caras que no se olvidan — y nos enseñó lo que queda de la cámara de gas. Es difícil explicar lo que se siente, la verdad. Solo avanzas en silencio de sala en sala; a veces ves a alguien secándose las lágrimas o mirando al suelo.
Tras una breve pausa (yo aproveché para comprar agua en una máquina, no hay tiempo para almorzar), nos dirigimos a Birkenau. El lugar es enorme — campos abiertos, torres de vigilancia que parecen no tener fin. Anna nos esperaba en la Puerta de la Muerte, donde llegaban los trenes. Nos explicó cómo se hacían las selecciones justo en esas vías. Caminamos por la rampa y vimos lo que queda de los barracones — madera fría y literas oxidadas — y luego nos quedamos frente a las ruinas de los crematorios. Algunos del grupo se quedaron en silencio un buen rato. Hacía viento esa tarde; solo se oían pasos y el canto de los pájaros.
No esperaba que me marcara tanto después, en el viaje de vuelta a Krakovia — todos callados, mirando los campos pasar pero viéndolos con otros ojos. Si estás pensando en hacer esta excursión desde Krakovia a Auschwitz-Birkenau, ten en cuenta que no es fácil, pero quizás por eso es tan importante.
El trayecto en minivan o minibús dura aproximadamente 1.5 horas por trayecto, más unas 3 horas para visitar ambos campos con guía.
Sí, si eliges la opción al reservar, te recogerán en tu hotel o apartamento en Krakovia; si no, el punto de encuentro será céntrico.
Sí, las entradas están reservadas con antelación para evitar esperas en taquillas al llegar.
El tamaño estándar del grupo es entre 16 y 30 personas, según la recomendación del museo.
No hay pausa para almuerzo; te recomendamos llevar algo para picar o pedir un lunch box con antelación, ya que solo hay máquinas expendedoras en el lugar.
Los niños deben ir acompañados por un adulto; por el contenido sensible, se recomienda para mayores de 13 años.
Sí, un guía oficial de habla inglesa te acompañará en Auschwitz I y Birkenau.
La mayor parte del recorrido es a pie al aire libre en ambos sitios; se aconsejan zapatos cómodos.
Tu día incluye recogida en hotel (o punto de encuentro), transporte ida y vuelta desde Krakovia en minivan o minibús con aire acondicionado, entradas reservadas para evitar esperas, visitas guiadas en Auschwitz I y Birkenau con un experto en inglés que comparte historias mientras caminas por la historia — y regreso al hotel al finalizar.
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