Recorre la laguna de Bora Bora en jet ski con un guía local, disfruta un almuerzo en Lucky House y luego navega para hacer snorkel entre rayas y tiburones punta negra en aguas turquesa. Risas, momentos auténticos con locales y esas pequeñas maravillas que recordarás mucho después de volver a casa.
“No te preocupes, solo sigue mi estela,” sonrió Manu mientras me entregaba la llave del jet ski. Nunca había manejado uno — bueno, no de verdad — pero él lo hacía sonar fácil, como si fuéramos a dar una vuelta rápida. La laguna de Bora Bora tenía un azul imposible, tan brillante que casi me dolían los ojos. Pasamos zumbando junto a pescadores que saludaban desde sus canoas, con la salpicadura del mar picándome los labios. Olía a protector solar y a algo dulce que venía de los árboles en la orilla. Mi pareja gritó algo detrás de mí, pero el viento se llevó sus palabras.
Paramos en un pequeño motu donde Manu nos enseñó a abrir un coco con una piedra (yo fallé estrepitosamente). Me contó cómo fue crecer aquí — cómo las mareas de la laguna son como un reloj para todos. Hacía tanto calor que hasta quedarme quieto me hacía sudar la espalda, pero volver al jet ski se sentía como volar otra vez. El recorrido completo duró unas dos horas, aunque la verdad perdí la noción del tiempo entre risas y tratando de no caerme en las curvas cerradas.
El almuerzo fue en Lucky House, no en Bloody Mary’s (que está cerrado ahora). Es más sencillo — sillas de plástico, pescado a la parrilla con un sabor ahumado y fresco, y cerveza Hinano bien fría si quieres. Después de comer demasiadas papas de fruta del pan, cambiamos de ritmo para el tour de snorkel ecológico con tiburones y rayas. Nuestra guía Lani no paraba de recordarnos: nada de alimentar a los animales aquí. Ella fue la primera en ver las mantarrayas — sus alas moviéndose sobre la arena blanca. Aún recuerdo esa mezcla extraña de nervios y asombro cuando un tiburón punta negra pasó junto a mis aletas. El agua estaba cálida, pero de vez en cuando te topabas con un remolino frío que te hacía temblar.
El regreso fue más tranquilo; todos parecían atontados por el sol o simplemente llenos de nuevas historias para contar. Me sorprendí pensando en las historias de Manu sobre crecer aquí — qué distinto se siente todo cuando conoces cada marea de memoria.
El tour en grupo dura aproximadamente 2 horas recorriendo la laguna.
Sí, el almuerzo está incluido en el restaurante Lucky House (Fare Manuia).
No, no hace falta experiencia; el guía te explicará todo antes de empezar.
La edad mínima para conducir un jet ski es 16 años; los participantes deben tener al menos 11 años.
Sí, el traslado de ida y vuelta desde el hotel está incluido en la reserva.
Sí, el guía provee todo el equipo necesario para el snorkel.
No, no se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardiovasculares.
No, no se alimenta a los animales; los guías se enfocan en respetar la vida marina y proteger los corales.
Tu día incluye traslado de ida y vuelta desde el hotel, todo el equipo necesario para jet ski y snorkel, guía local experto que conoce cada rincón de la laguna de Bora Bora, y almuerzo en Lucky House con agua incluida antes de regresar por la tarde.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?