Recorrerás la laguna de Tahití en jet ski, con montañas a un lado y el océano abierto al otro. Una hora llena de color, aire fresco y esa sensación de libertad única que solo se vive en el agua.
Lo primero que noté fue la brisa salada—cálida, no muy fuerte, justo lo suficiente para despertarte. Nos encontramos con nuestro instructor justo en el muelle; tenía esa sonrisa local relajada y nos entregó los chalecos salvavidas antes de dar una rápida explicación de seguridad. El agua parecía irreal—clara como el cristal, con esos tonos de azul salvajes que solo ves en postales. Podía ver pequeños peces nadando cerca de la orilla mientras esperábamos nuestro turno.
Cuando arrancamos, el jet ski se sentía sorprendentemente suave. Sientes una descarga de adrenalina al acelerar, pero no da miedo—más bien es pura diversión. A un lado, las montañas de Tahití se alzan verdes y cubiertas de árboles; al otro, el océano infinito se extiende hacia Mo’orea. Nuestro guía señaló una pequeña playa donde los locales a veces hacen picnic los fines de semana—jamás la verías desde la carretera. A veces se siente el aroma a pescado a la parrilla que llega desde algún lugar tierra adentro si el viento está a favor.
¡Sí! Puedes reservar para dos personas y compartir un solo jet ski si quieren ir juntos.
No, los principiantes son bienvenidos. El instructor da instrucciones claras antes de empezar.
Esta actividad no se recomienda para personas embarazadas ni con lesiones en la columna. Por lo demás, la mayoría de niveles físicos están bien.
Hay paradas de transporte público cerca, así que llegar es bastante sencillo aunque no conduzcas.
Tu reserva incluye el uso del jet ski por una hora y chalecos salvavidas para tu seguridad. Un instructor amable te acompañará durante todo el recorrido para que todo salga perfecto.
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