Si quieres descubrir las capas de Lima—desde ruinas antiguas hasta plazas coloniales y barrios modernos llenos de vida—esta excursión lo cubre todo en medio día. Escucharás historias reales de un guía local, evitarás el lío de planear el transporte y te llevarás mucho más que cualquier guía turístico podría ofrecerte.
Nuestra mañana comenzó con una recogida rápida—sin complicaciones, solo un saludo amable de nuestro guía frente al hotel. La ciudad ya vibraba, con vendedores ambulantes ofreciendo tamales en la acera. Primera parada: Huaca Pucllana. Había visto fotos antes, pero estar frente a esos antiguos muros de adobe—construidos hace más de 1,500 años—te hace sentir la verdadera antigüedad de Lima. El aire olía ligeramente a polvo y flores de los jardines cercanos. Nuestro guía compartió historias sobre la cultura limeña que levantó este lugar mucho antes de la llegada de los españoles.
Luego recorrimos el centro, con las ventanas bajas para captar fragmentos de música y conversaciones en las calles. El Palacio de Gobierno se veía imponente como siempre, con guardias en uniformes impecables en la entrada. Paseamos por la Plaza San Martín y luego por la Plaza Mayor—el corazón de la Lima colonial. Hay algo en esos balcones de madera y las mansiones amarillas desgastadas que te invita a detenerte un momento. Nuestro guía señaló detalles diminutos que nunca habría notado solo—como los rostros tallados sobre las puertas o cómo la luz del sol ilumina las torres de la catedral justo antes del mediodía.
El Convento de San Francisco fue uno de mis momentos favoritos. Adentro, se siente fresco y tranquilo, con filas de libros antiguos en las estanterías de la biblioteca (algunos tan viejos que parecen deshacerse al tocarlos). Las catacumbas debajo son otro mundo—pasillos tenuemente iluminados llenos de huesos, con ecos de pasos por todas partes. Es inquietante pero fascinante; casi puedes imaginar a los monjes caminando por aquí hace siglos.
Terminamos conduciendo por El Olivar de San Isidro (esos olivos son más viejos que la mayoría de los edificios de mi ciudad natal), y luego por los acantilados de Miraflores donde los parapentistas flotaban en el aire. El centro comercial Larcomar estaba lleno de locales tomando café o simplemente mirando las olas romper abajo. Cuatro horas pasaron volando—casi no me di cuenta hasta que regresamos al hotel.
¡Por supuesto! La excursión se realiza incluso con una sola persona y conocerás a otros viajeros durante el recorrido.
Sí, tu boleto cubre la entrada a todos los sitios del itinerario, incluyendo las catacumbas.
Caminarás un poco en cada parada (especialmente en el Convento de San Francisco), pero hay descansos y bastante tiempo para relajarte en el bus entre lugares.
La excursión no se recomienda para embarazadas debido a las escaleras en algunos sitios; por favor consúltanos si tienes problemas de movilidad para asesorarte mejor.
Tu lugar incluye un guía local experto que conoce Lima a fondo, transporte con aire acondicionado para mayor comodidad (créeme, se agradece en días calurosos), recogida en hotel y todas las entradas durante el recorrido.
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