Recorrerás la Reserva Nacional de Paracas con un guía local que conoce cada rincón escondido — desde acantilados azotados por el viento hasta pueblos pesqueros donde el almuerzo sabe a mar. Incluye recogida en hotel, historias que no encontrarás en internet y momentos de asombro que recordarás mucho después de dejar la costa peruana.
El día no empezó exactamente como esperaba — había olvidado mis gafas de sol, un error típico en el desierto de Paracas. Nuestro guía, Javier, sonrió y me pasó su par de repuesto (un poco rayadas, pero la verdad, se lo agradecí). Salimos del hotel en Paracas con las ventanas bajadas, dejando que el aire salado nos acompañara. El camino hacia la Reserva Nacional de Paracas parecía llevarnos a otro mundo — arena por todos lados, pero nada vacío. Javier señalaba aves que yo jamás habría notado por mi cuenta. Sabía el nombre de cada una, incluso de las que sonaban imposibles de pronunciar.
La primera parada fue el centro de interpretación. No es nada espectacular, pero ver fotos antiguas de la península y esas extrañas especies de peces me hizo dar cuenta de toda la vida que se esconde aquí. El lugar olía a polvo y algas — ¿una mezcla extraña pero reconfortante? Después seguimos por un desierto que parecía no tener fin hasta llegar al lugar donde antes estaba la formación rocosa llamada La Catedral, antes de que el terremoto la derribara. Allí, con el viento azotándonos y frente a ese océano azul salvaje… no esperaba sentirme tan pequeño y tan vivo al mismo tiempo.
Continuamos bordeando la costa pasando por la playa Yumaque — una arena tan clara que casi me dolían los ojos — y terminamos en el pueblo de Lagunillas para almorzar. Justo al llegar, los pescadores estaban descargando su pesca; se olía a sal y pescado frito por todos lados. Probé el ceviche (Javier insistió), y se rió cuando casi me atraganto con el ají. Honestamente, esa comida valió el viaje por sí sola. De regreso, me quedé mirando cómo cambiaban los colores sobre las dunas y pensé en lo extraño que es encontrar tanta vida donde a simple vista parece todo vacío.
Sí, incluye recogida en tu hotel o estación de buses en Paracas.
No se especifica la duración exacta, pero cubre varias paradas clave incluyendo el almuerzo.
Sí, contarás con un guía local que habla inglés y español.
No hay almuerzo incluido, pero tendrás tiempo libre para comer en un restaurante local en el pueblo de Lagunillas.
Sí, el transporte es accesible para sillas de ruedas en este tour.
Sí, los bebés son bienvenidos pero deben ir en el regazo de un adulto; hay asientos especiales para bebés disponibles.
Podrás ver aves, mamíferos, reptiles y vida marina única de este ecosistema.
Tu día incluye transporte privado con recogida y regreso a tu hotel o estación de buses en Paracas o Pisco, un guía local bilingüe durante todo el recorrido, y tiempo para disfrutar un almuerzo en un restaurante frente al mar antes de regresar.
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