Camina la Montaña de Colores cuando casi no hay gente, disfruta senderos abiertos y silencio con tu guía. Comparte un picnic privado con locales y vistas a los Andes antes de volver a Cusco. Prepárate para conversaciones reales, aire puro y esa sensación de “por fin estoy aquí”.
Se suponía que saldríamos a las 7 am, pero me falló la alarma — nuestro guía, Martín, solo sonrió y dijo: “No hay prisa, igual empezamos a las ocho.” Esa es la clave: llegas a la Montaña de Colores cuando ya casi no queda nadie. El viaje desde Cusco duró unas tres horas. Me quedé dormido a ratos, despertando con rayos de sol que entraban por la ventana y el aroma del mate de coca (te lo ofrecen antes de que lo pidas). El aire se fue haciendo más delgado a medida que subíamos — me taparon un poco los oídos, pero nada grave.
La entrada al sendero estaba tranquila, solo unos perros jugando cerca del estacionamiento. Martín me señaló detalles que habría pasado por alto: papas silvestres creciendo al borde del camino, un pastor saludando desde lejos. La montaña — Vinicunca — te sorprende de repente. Nada de multitudes, solo nosotros y un par de personas a lo lejos. El viento me tiraba la chaqueta; sentía el polvo en la boca cuando me reía fuerte con la historia de Martín sobre turistas que se desmayan de la emoción (o la altura). Me pasó oxígeno “por si acaso” — no lo usé, pero me dio tranquilidad.
Después bajamos despacio, las piernas como gelatina pero contentos. El almuerzo fue un picnic en una loma con vistas que me hicieron olvidar el cansancio. Un par de mujeres locales se unieron un rato — trajeron queso fresco y se rieron cuando intenté agradecerles en quechua (lo hice fatal). La comida sabía mejor allá arriba, tal vez por el frío o por el hambre después de la caminata. Charlamos sobre cómo plantan un árbol por cada reserva; un detalle pequeño pero que me quedó grabado.
El regreso a Cusco fue tranquilo, solo Martín tarareando una vieja canción peruana en la radio. Las botas hechas un desastre y la nariz quemada por el sol, pero la verdad? Sigo pensando en esa vista cuando todo allá en casa se siente tan ruidoso.
El tour comienza con la recogida en tu hotel a las 8:00 am.
Sí, incluye un picnic exclusivo a la carta después de la caminata.
El trayecto dura aproximadamente tres horas en cada dirección entre Cusco y el inicio del sendero.
Sí, todas las entradas están cubiertas en la reserva.
La recogida y el regreso al hotel en Cusco están incluidos en el tour.
No, se llega después de que la mayoría de grupos se han ido, por lo que los senderos están más tranquilos.
Se proporciona oxígeno si es necesario para mayor comodidad en la altura.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Cusco, todas las entradas a la Montaña de Colores, snacks y agua para la caminata, guía profesional durante todo el recorrido, oxígeno si lo necesitas para la altura, y un picnic exclusivo a la carta con locales antes de volver en vehículo con aire acondicionado.
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