Camina por antiguos senderos incas desde el Km 104 hasta Machu Picchu con un guía local, disfruta el atardecer en la Puerta del Sol y la entrada tranquila al amanecer. Saborea comidas frescas, descansa una noche en Aguas Calientes y relájate en el tren panorámico Vistadome de regreso a Cusco—una experiencia que recordarás mucho después de quitarte las botas.
¿Alguna vez te preguntaste si la primera vista de Machu Picchu sería tan impresionante como dicen? Yo sí, hasta que doblamos la última curva en Intipunku, la Puerta del Sol. Nuestra guía, Julia, nos hizo parar un momento para recuperar el aliento (o tal vez vio que me quedaba atrás), y ahí estaba: Machu Picchu desplegado bajo la luz suave de la tarde. No estaba vacío, pero sentíamos que habíamos descubierto un secreto. El aire olía un poco a musgo después de la lluvia de la mañana, y alguien cerca pelaba una naranja—cosas curiosas que uno recuerda.
El día comenzó mucho antes del amanecer en Cusco, con un rápido recogido y caras aún dormidas. El viaje en tren hasta el Km 104 fue tranquilo, salvo por algunos comentarios cuando veíamos cascadas o llamas por la ventana. En la entrada del camino, Julia revisó nuestros pasaportes (yo casi pierdo el mío en el lío de mi mochila), y luego nos sirvieron un desayuno con pan calentito y fruta. Chachabamba fue nuestra primera parada—las paredes de piedra aún húmedas por la neblina—y después vinieron horas de subida por el bosque nuboso. Hubo momentos en que pensé que mis botas nunca se secarían, pero Wiñay Wayna apareció justo cuando mis piernas pedían tregua. El almuerzo supo mejor de lo esperado; supongo que eso pasa después de cuatro horas subiendo.
No esperaba que Machu Picchu estuviera tan tranquilo a última hora de la tarde. Recorrimos el Circuito 1 casi sin gente—solo el viento y las historias de Julia sobre templos y terrazas. La cena en Aguas Calientes fue llena de risas (y copas chocando) en un lugar local donde nadie se preocupaba por los zapatos embarrados. La cama del hotel se sentía como flotar en las nubes después de tanto caminar.
Al día siguiente: madrugamos para tomar otro bus que sube la montaña. Si tienes suerte con el clima (como nosotros), el amanecer sobre Machu Picchu es como oro derramándose sobre la piedra—es difícil de explicar sin sonar exagerado, pero sí, me emocionó. Julia nos llevó por rincones escondidos y respondió todas las preguntas con paciencia—incluso cuando pregunté dos veces por esos misteriosos canales de agua. Luego hubo tiempo para explorar por tu cuenta o simplemente sentarte tranquilo en una terraza—yo hice las dos cosas. El tren panorámico Vistadome de regreso a Cusco fue casi demasiado cómodo después de tanta caminata; ver el Valle Sagrado deslizarse por esas grandes ventanas me hizo querer repetir partes del día.
La caminata corta cubre unos 12 km desde el Km 104 hasta Machu Picchu en dos días.
Sí, incluye recogida en hoteles de Cusco o en el Valle Sagrado, como Urubamba u Ollantaytambo.
Incluye desayuno tipo picnic en la entrada del camino, almuerzo durante la caminata, cena en Aguas Calientes y desayuno en el hotel el segundo día.
Sí, es obligatorio llevar pasaporte válido para el registro en la entrada del camino y para ingresar a Machu Picchu.
Una cómoda habitación en un hotel 3 estrellas con baño privado por una noche en Aguas Calientes.
Un guía local experto acompaña la caminata el primer día y ofrece un recorrido detallado por Machu Picchu el segundo día.
Regresas en el tren panorámico Vistadome desde Aguas Calientes hacia Cusco, con traslado incluido hasta tu hotel.
Tu aventura incluye recogida temprano en tu hotel en Cusco o en pueblos del Valle Sagrado, entradas para el Camino Inca corto y Machu Picchu, todo el equipo de seguridad necesario para la caminata (incluso teléfono satelital), comidas frescas durante el recorrido—almuerzo en la ruta y cena en Aguas Calientes—una noche en un acogedor hotel 3 estrellas con desayuno incluido, tours guiados en cada sitio con muchas historias en el camino, servicio de bus ida y vuelta entre Aguas Calientes y las puertas de Machu Picchu ambos días, además de guarda equipaje si lo necesitas antes de partir. Terminarás tu viaje relajado en el tren panorámico Vistadome mientras vuelves a Cusco para ser dejado en tu hotel por la noche.
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