Entra al Museo Larco en Lima con acceso sin filas y recorre galerías con máscaras de oro, cerámica detallada y arte sorprendentemente divertido. Escucha las historias de los guías o explora a tu ritmo — jardines florecidos afuera, huellas antiguas adentro. No es solo un museo, es un viaje suave al pasado del Perú que te acompaña mucho después de salir.
Lo primero que pasó fue que la chica de la taquilla me sonrió y me preguntó si alguna vez había probado el helado de lúcuma. No lo había hecho — ella solo asintió como diciendo “ya verás”. Eso marcó el tono. El Museo Larco en Lima no es solo un lugar con cosas antiguas tras vitrinas; es un espacio tranquilo, bañado por la luz del sol, donde se escuchan pájaros afuera y el suelo de cerámica se siente fresco bajo tus zapatos. Entré un poco sin rumbo, la verdad, pero entonces vi a un guía hablando con un grupo sobre una máscara de oro — señalaba detalles que yo habría pasado por alto, como que el aro en la nariz simbolizaba estatus. Me quedé escuchando un rato antes de seguir mi camino solo.
Hay una sala con estantes llenos de cerámica — ni siquiera están bajo llave, simplemente están ahí. Si te fijas bien, puedes ver las huellas de los dedos en el barro. El museo está en una antigua casona colonial, pero se siente algo más antiguo debajo (dicen que fue construido sobre una pirámide precolombina). En un momento me distraje con el jardín de afuera — buganvillas por todos lados y unos colibríes que ni les interesa la historia. El aire olía a tierra y flores cuando alguien abrió una puerta lateral.
No esperaba reírme tanto con cerámicas antiguas, pero hay una sección de arte erótico que es a la vez incómoda y curiosamente encantadora. Una pareja local a mi lado susurraba bromas en español; solo entendí la mitad, pero sus risas lo hicieron todo mejor. Al salir, pensé en cómo ver esos objetos en persona — y escuchar las historias de guías y locales — hacía que lugares como Machu Picchu o las Líneas de Nazca se sintieran menos lejanos. Pero sigo pensando en esa máscara de oro.
Sí, todas las áreas y superficies son accesibles para sillas de ruedas.
Las entradas se retiran en la taquilla el día de tu visita.
Sí, tu boleto incluye acceso a todas las galerías y colecciones.
Sí, los niños pueden entrar, pero deben estar acompañados por un adulto.
Sí, hay opciones de transporte público cercanas.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden usar cochecito o carriola dentro del museo.
Una visita típica dura entre 1 y 2 horas, pero puedes quedarte más si quieres.
Tu entrada incluye acceso a todas las galerías del Museo Larco en Lima—sin filas—y a las colecciones permanentes (oro, plata, cerámica y arte erótico), además de salas abiertas con miles de objetos para explorar a tu ritmo.
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