Camina sobre suaves totoras con los Uros, navega rápido por el Lago Titicaca desde Puno y sube por las terrazas de Taquile para un almuerzo local con vistas al agua azul infinita. Prepárate para encuentros genuinos, risas intentando tejer o hablar aimara, y momentos de calma para disfrutar el paisaje.
Jamás olvidaré el primer paso que di al bajar de la lancha en las Islas Flotantes de los Uros: mi pie se hundió un poco en las totoras, suaves y elásticas, como caminar sobre un trampolín tejido. Rosa, nuestra guía, sonrió al verme sorprendida y me contó que su familia lleva generaciones apilando estas cañas de totora. El aire olía dulce y terroso a la vez, y cada vez que alguien se movía se escuchaba un crujido suave bajo los pies. Era una sensación frágil pero firme al mismo tiempo. Julia, una mujer local, nos enseñó cómo teje las esteras; sus manos se movían tan rápido que apenas podía seguirla. Intenté decir “gracias” en aimara —se rió (seguro lo dije mal)— pero eso rompió el hielo.
El viaje en lancha rápida por el Lago Titicaca fue más tranquilo de lo que esperaba: viento en la cara, el sol reflejándose en el agua y las montañas al fondo que parecían pintadas. Salimos temprano de Puno, así que a media mañana ya había luz pero sin mucho calor. En la isla Taquile no hay coches, solo senderos de piedra que suben entre terrazas de papas y quinua. La caminata hasta la plaza principal duró unos 30 minutos; la verdad tuve que parar varias veces para recuperar el aliento (la altura se siente). Pero cuando miras atrás y ves ese azul profundo del lago extendiéndose hasta el infinito, cada paso vale la pena.
El almuerzo fue sencillo pero perfecto: trucha fresca con sopa de quinua y té de muña, que tiene un toque mentolado. Sentados afuera con otros viajeros y algunos isleños, viendo a los niños jugar al fútbol cerca de la plaza, parecía que el tiempo se detenía. La guía nos señaló a los hombres tejiendo gorros (aquí solo ellos tejen), y todavía me hace sonreír pensarlo. Todo el día estuvo lleno de momentos así, pequeños y auténticos: saludos torpes, risas compartidas, el sol sobre las piedras antiguas. Difícil de explicar si no lo has vivido.
La excursión es de día completo, con salida por la mañana desde Puno y regreso por la tarde.
Sí, incluye almuerzo con opción de trucha fresca o tortilla, acompañados de sopa de quinua y té tradicional.
Se llega en lancha rápida moderna desde Puno directamente a las islas como parte del tour.
Sí, incluye recogida y regreso a hoteles cercanos a la Plaza Mayor de Puno.
Sí, hay un paseo opcional en bote de totora por 20 soles por persona, pagado en el lugar.
La subida desde el puerto hasta la plaza principal toma entre 30 y 40 minutos; la altura puede ser un reto, pero es apta para viajeros con condición física moderada.
Sí, todos los tickets de entrada están incluidos en el precio.
El guía profesional habla español e inglés durante todo el recorrido.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel en Puno, todas las entradas a las islas, un recorrido guiado en lancha rápida con asientos tipo bus y baño a bordo, además de un almuerzo tradicional con trucha o tortilla, sopa de quinua y té de coca o muña antes de volver cómodamente.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?