Camina por antiguos caminos incas en las legendarias Cuatro Ruinas de Cusco: las enormes piedras de Sacsayhuamán, los muros dorados de Qorikancha, los túneles secretos de Qenko y las aguas tranquilas de Tambomachay, con historias de un guía local y tiempo para conocer alpacas en el camino. Momentos que se quedan contigo mucho después de volver a la ciudad.
¿Has notado ese sonido hueco cuando tus zapatos pisan una piedra antigua? Eso fue lo primero que sentí al entrar en Qorikancha. Las paredes son tan lisas que casi da cosa tocarlas, pero nuestra guía (María) nos contó que los incas querían que esas piedras duraran para siempre. Señaló unas pequeñas ventanas trapezoidales por donde entraba la luz del sol. Un leve aroma a incienso venía de un altar cercano—alguien todavía deja flores allí. Intenté imaginar cómo sería este lugar antes de que los españoles construyeran la iglesia encima.
Seguimos por calles estrechas y salimos de Cusco rumbo a Sacsayhuamán. El aire se fue haciendo más delgado, o tal vez era porque me quedaba sin aliento de tanto reírme intentando pronunciar “Saqsaywaman” bien (María sonrió y me dijo que significa “halcón satisfecho”—todavía no sé si iba en serio). La vista de Cusco desde esos enormes muros en zigzag es impresionante—las nubes se deslizaban sobre las montañas. Había niños jugando y alguien vendiendo pan dulce en la entrada. La palabra clave aquí es sin duda “tour Cusco cuatro ruinas”, porque realmente visitas las cuatro: Sacsayhuamán, Qenko, Puca Pucara y Tambomachay.
Qenko era más tranquilo—un poco misterioso, la verdad. Entramos en túneles tallados donde todo se sentía fresco y húmedo. María nos mostró canales en zigzag grabados en la roca; dijo que los usaban para rituales con chicha o quizás con sangre (se encogió de hombros—nadie sabe con certeza). Luego paramos en un santuario de alpacas cerca de Wallarcocha. Una mujer me dio lana cruda—suave como una nube—y me dejó probar a hilarla entre los dedos. No esperaba interesarme por la lana de vicuña, pero ahora sé que es la más exclusiva de Perú.
Tambomachay fue la última parada—el agua allí fluye tan suave que casi no se oye si no te acercas. La gente lanzaba hojas de coca al arroyo como ofrenda; yo lo hice sin entender muy bien por qué. De regreso a Cusco, vi cómo cambiaba la luz sobre las colinas y pensé en todas las capas que tiene esta ciudad—piedras incas bajo iglesias españolas y el ruido del tráfico moderno. Es una sensación que no se olvida después de verla de cerca.
El tour dura aproximadamente medio día, incluyendo traslados y paradas en cada sitio.
Sí, incluye recogida y regreso al hotel en el centro de Cusco.
Visitarás Qorikancha (Templo del Sol), Sacsayhuamán, Qenko, Puca Pucara, Tambomachay y un santuario de alpacas.
No, este tour de medio día no incluye almuerzo.
Sí, los guías hablan inglés y español.
Sí, es adecuado para todos los niveles de condición física.
Sí, hay una parada en una granja de alpacas y llamas cerca de Wallarcocha.
Tu medio día incluye recogida y regreso al hotel en el centro de Cusco, transporte ida y vuelta entre las cuatro ruinas y el santuario de alpacas cerca de Wallarcocha, y un guía experto que comparte historias en inglés o español mientras recorres desde templos de piedra hasta manantiales de montaña antes de regresar juntos a la ciudad.
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