Navega desde Ciudad de Panamá a Isla Taboga en un yate privado con aire acondicionado y música, prueba suerte pescando o haciendo snorkel cerca de islotes, pasea por un colorido pueblo de pescadores y quizá compartas almuerzo con locales. Aire salado, risas del guía y pequeñas sorpresas en un día auténtico.
Lo primero que me llamó la atención fue esa mezcla curiosa entre el ruido de la ciudad y el aire salado al salir de la Marina Flamenco — todavía saludas a los rascacielos cuando el capitán (Luis, con esa risa fácil) enciende el motor. Treinta y cinco minutos después, todo son colinas verdes y barquitos coloridos meciéndose frente a Isla Taboga. No esperaba ver tantos pelícanos descansando en el muelle. El barco, por dentro, con aire acondicionado (gracias a Dios), música afuera si quieres, y tanta sombra que mi primo no se quemó ni un poco.
Probamos suerte pescando cerca de la Bahía de Panamá — Luis me pasó una caña con una sonrisa como si supiera que la iba a liar. Nos enseñó a hacer trolling para atrapar pargos y dorados; mis manos olían a carnada por horas, pero la verdad me gustó. Hay algo especial en ver esos grandes barcos pasar rumbo al Canal mientras tú flotas tranquilo con la línea en el agua. Más tarde navegamos hasta Taboguilla — un islote diminuto con agua cristalina — y nos lanzamos a nadar. El equipo de snorkel ya estaba listo; vi unos pececitos azules que se movían entre mis tobillos.
Entrar al pueblo de Taboga fue como meterse en el patio de alguien — macetas por todos lados, niños jugando a la pelota en la calle. Nuestro guía nos señaló la iglesia antigua (la segunda más vieja de todo el hemisferio, según dicen), y luego nos dejó libres para almorzar en un lugar donde la dueña nos recibió como si fuéramos de la familia. Intenté decir “gracias” con la boca llena de pescado frito; estoy seguro que me entendió igual. Después podíamos hacer senderismo o simplemente relajarnos en la cubierta — la verdad perdí un poco la noción del tiempo ahí.
No dejo de pensar en ese momento justo antes de regresar: el sol escondiéndose tras el skyline de Ciudad de Panamá, la brisa marina pegajosa en la piel, todos en silencio por primera vez salvo Luis tarareando una canción que no reconocí. No fue perfecto — mi camisa todavía huele a pescado — pero lo repetiría mañana sin cambiar nada.
Unos 35 minutos navegando desde Marina Flamenco hasta Isla Taboga.
Sí, se proporciona equipo profesional para pesca ligera cerca de la isla y la Bahía de Panamá.
Sí, el equipo de snorkel está disponible a bordo para usar alrededor de Taboga y los islotes cercanos.
Incluye bebidas como agua embotellada, jugos y Gatorade; el almuerzo puede ser en un restaurante local o una barbacoa opcional a bordo.
Sí, el yate Viking de 46 pies tiene áreas con aire acondicionado para mayor comodidad.
Se puede nadar, hacer snorkel, visitar la iglesia histórica, pasear por el pueblo de pescadores, hacer senderismo o relajarse en la playa.
El tour es accesible para sillas de ruedas y apto para todos los niveles físicos; los bebés pueden ir en cochecito.
Un capitán/guía certificado y bilingüe, junto con un tripulante, estarán a bordo durante toda la experiencia.
Tu día incluye recogida en Marina Flamenco en Ciudad de Panamá, todo el equipo de pesca y snorkel listo para usar a bordo de un yate Viking de 46 pies con aire acondicionado y zonas sombreadas; agua embotellada, jugos o Gatorade siempre disponibles; baño a bordo; guía certificado bilingüe; además de tiempo en tierra en el pueblo de Taboga, donde puedes elegir almorzar en un local o preparar una barbacoa a bordo antes de regresar cruzando la Bahía de Panamá.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?