Disfruta de un paseo relajado en barco entre molinos en funcionamiento y campos de flores silvestres cerca de Warmond y Lisse con un guía local. Escucha historias de la vida holandesa, observa cisnes deslizarse y contempla cielos abiertos lejos del bullicio urbano — todo con WiFi, baños y espacio para cochecitos o niños pequeños. Un día tranquilo que recordarás mucho después de volver a casa.
Confieso que casi perdemos el muelle porque me distraje viendo a un perro persiguiendo patos por el canal — un comienzo muy típico. El barco nos esperaba justo a las afueras de Lisse, a solo diez minutos de Keukenhof, pero ya parecía otro mundo. Nuestro guía, Pieter, nos saludó con esa sonrisa tranquila tan típica holandesa y ayudó a mi tía a subir el cochecito. Se respiraba un leve aroma a hierba mojada — nada molesto, más bien auténtico.
Al salir del pequeño puerto, los Kagerplassen se abrieron ante nosotros. Había visto fotos de molinos antes, pero verlos girar lentamente bajo ese cielo tan amplio me dejó en silencio por un rato. Pieter nos señaló cuáles aún molían grano (no me lo esperaba) y nos contó que algunas familias llevan generaciones viviendo aquí. Bromeó sobre el clima impredecible — “Si no te gustan las nubes, espera cinco minutos” — y justo después salió el sol.
Intenté pronunciar “Kagerplassen” y Li se rió de mi intento — seguro lo dije fatal. El agua estaba tranquila salvo por unas ondas que dejaban los cisnes al pasar. Teníamos WiFi a bordo, pero nadie usó mucho el móvil; todos preferían mirar los campos deslizarse o escuchar las historias de Pieter sobre viejos pescadores y contrabandistas de tulipanes (¿quién lo diría?). Incluso había un baño en el barco, que mi sobrino descubrió justo después de tomar demasiado jugo de manzana.
Navegamos de regreso hacia Warmond mientras la luz de la tarde se extendía sobre los juncos. A veces todavía pienso en esa vista — lo sencillo y tranquilo que se sentía, tan distinto al ritmo de Ámsterdam. No todo salió perfecto (mi tía perdió su bufanda con el viento), pero quizás eso fue lo que lo hizo tan real.
El barco sale a unos 10 minutos de Keukenhof.
Sí, el barco cuenta con WiFi durante el tour.
Sí, hay un baño disponible para los pasajeros.
Sí, los bebés y niños pequeños pueden ir en cochecito o carrito.
Los animales de servicio están permitidos durante el tour.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del lugar de salida.
Se ofrecen asientos especiales para bebés si es necesario.
El tour es adecuado para todos los niveles de condición física.
Tu día incluye un paseo en barco con aire acondicionado, WiFi y baño a bordo; los cochecitos son bienvenidos para los más pequeños; se permiten animales de servicio; hay asientos especiales para bebés si los necesitas; el transporte público está cerca para facilitar el acceso; y contarás con un guía local amable que compartirá historias durante el recorrido antes de regresar juntos a tierra.
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