Saldrás solo en un barco eléctrico por los tranquilos canales de Haarlem, con ayuda de un anfitrión amable y consejos para las mejores rutas. Hay espacio para amigos o familia, cojines cómodos y hasta carga para el móvil a bordo. Seguro que te reirás de tus habilidades al timón y querrás quedarte más tiempo del planeado.
Lo primero que noté fue el silencio — solo el suave chapoteo del agua contra el casco y el lejano sonido de bicicletas sobre los adoquines. Nuestro pequeño grupo se acercó al muelle, y un local llamado Bram nos saludó con la mano. Sonrió, nos enseñó a manejar (más fácil de lo que esperaba), nos señaló el cargador de móvil escondido bajo el asiento y me entregó un mapa con algunas recomendaciones para buscar rincones más tranquilos o echar un vistazo a esos antiguos almacenes. Me gustó que no nos apurara — nos dejó descubrirlo a nuestro ritmo, con torpeza incluida.
Los canales de Haarlem son más estrechos que los de Ámsterdam, y a veces se siente ese aroma a pan recién hecho que viene de detrás de las fachadas de ladrillo. Pasamos junto a una mujer que regaba sus plantas en el balcón y nos saludó con un gesto, como si hubiera visto esta escena mil veces. El barco en sí era sorprendentemente cómodo — con grandes cojines por todos lados, nada lujoso pero mucho mejor de lo que imaginaba para un alquiler de canal. El silencio del motor eléctrico hacía que pareciera que flotábamos en vez de avanzar. En un momento intenté pronunciar bien “Spaarne”; mi amiga Li se rió tanto que casi se le cae la bebida.
No esperaba sentirme tan… relajado. Quizás fue poder deslizarse junto a esas casas torcidas sin que nadie nos dijera dónde mirar o cuándo parar. Teníamos chalecos salvavidas para los niños (que casi ni notaron), y espacio de sobra aunque lleváramos snacks por todos lados. A veces nos quedábamos en silencio viendo cómo las ondas se perseguían bajo los puentes. Cuando por fin volvimos tras tres horas — la verdad, podríamos haber seguido — Bram estaba ahí otra vez, preguntando si habíamos encontrado la panadería que nos recomendó. Todavía recuerdo ese olor a pan.
Cada barco eléctrico puede llevar hasta 10 personas cómodamente.
No, no hay guía; tú conduces tras recibir instrucciones de un anfitrión local.
Sí, cada alquiler incluye chalecos para los niños.
Sí, cada barco tiene cargador para móvil a bordo.
Puedes alquilarlo entre 2 y 9 horas o incluso todo el día.
Sí, los animales de servicio son bienvenidos en estos barcos.
Sí, hay opciones de transporte público cerca del muelle.
No, no hace falta experiencia; los anfitriones te enseñan todo antes de salir.
Tu día incluye un barco eléctrico fácil de manejar con cojines personalizados, instrucciones completas de un anfitrión local antes de partir, chalecos salvavidas para niños, carga para móvil a bordo, mapas con rutas y consejos, y horarios flexibles para que explores los canales de Haarlem a tu ritmo.
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