Pedalea por el tranquilo campo alrededor de Ámsterdam, visita un molino del siglo XVIII con un guía local, navega en kayak por canales suaves pasando por pueblos como Watergang, y cruza canales en ferry de cable. Prepárate para pequeñas sorpresas — cantos de aves, risas por palabras holandesas mal pronunciadas — que te acompañarán mucho después de volver a la ciudad.
Ya estábamos saliendo de Ámsterdam en bicicleta cuando me di cuenta de lo rápido que la ciudad simplemente… se desvanece. Un momento estás rodeado del ruido de bicicletas y tranvías, y al siguiente, juncos, aves acuáticas y ese cielo amplio del norte. Nuestro guía Pieter señalaba detalles que yo jamás habría notado, como el leve olor a tiza que aún desprende el antiguo molino D’Admiraal si te acercas lo suficiente (yo lo hice). Nos contó historias de cuando molía trass hace siglos. Creo que me quedé un rato embobado viendo cómo las aspas crujían con la brisa. Hay algo en el viento holandés que te cala hondo.
La parte de la bici fue sencilla — tan plana como prometían — pero es curioso cómo se sienten las piernas cuando cambias el pedal por el remo del kayak. Paramos en Watergang (un lugar diminuto, casi solo una iglesia y algunos patos) para subirnos a los kayaks. El agua estaba fría y lisa al tacto; incluso en junio se nota. Durante un rato navegamos junto a vacas masticando despacio y casas pintadas en esos verdes y rojos suaves que solo ves aquí. En un momento Pieter intentó enseñarme a pronunciar bien “Broek in Waterland” — Li se rió cuando lo intenté; seguro que lo destrocé.
No esperaba disfrutar tanto cruzar de vuelta en el ferry de cable — es algo pequeño, pero de alguna forma se siente como viajar en el tiempo. De regreso, pasando por Zunderdorp, vimos a un anciano cuidando su jardín que nos saludó con una mirada como si viera ciclistas todos los días (probablemente es así). Para entonces, mi pelo olía a agua de río y hierba, y la verdad, me pareció perfecto. Todo el día fue más tranquilo de lo que imaginaba, y eso a tan poca distancia de Ámsterdam.
No hay un tiempo exacto, pero cuenta con varias horas incluyendo bici, kayak, descansos y paradas en pueblos.
Sí, el uso de bicicleta y kayak está incluido en el precio.
Si está abierto ese día, podrás visitar el interior con tu guía.
Se proporciona ropa impermeable si hace falta, pero viste ropa adecuada para el clima variable típico de Ámsterdam.
Se requiere un nivel moderado de forma física y saber montar en bicicleta con comodidad.
El punto de encuentro es la torre A’dam Lookout en Ámsterdam; allí también termina la actividad.
No incluye almuerzo; se ofrece agua embotellada, pero lleva algo para picar si quieres.
No se recomienda para embarazadas ni personas con problemas de columna o cardiovasculares.
Sí, hay opciones de transporte público cerca de A’dam Lookout en Ámsterdam.
Tu día incluye agua embotellada para el paseo y el remo, ropa impermeable por si aparecen nubes (que pueden hacerlo), todas las tasas y entradas pagadas, además del uso de bici y kayak para que no tengas que cargar con nada más que quizá unos calcetines secos para después.
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