Explora el Museo Van Gogh de Ámsterdam a través de los ojos de tus hijos en este tour privado para familias: evita las colas, juega con actividades interactivas y escucha historias reales de un guía local que mantiene a todos atentos. Risas, arte y momentos inolvidables te esperan.
Apenas habíamos cruzado los escalones del museo cuando nuestra guía, Marieke, se agachó a la altura de mi hijo y le preguntó si alguna vez había pintado girasoles. Él la miró parpadeando, todavía medio dormido, pero ella sonrió y le entregó una pequeña tarjeta con una flor amarilla. Así empezó nuestro recorrido por el Museo Van Gogh en Ámsterdam, no con datos o reglas, sino con ese pequeño gesto que nos hizo sentir a todos en confianza.
Dentro, el ambiente estaba animado pero sin ser agobiante (quizá porque evitamos la fila — sinceramente, eso ya vale la pena). Marieke tenía una manera especial de contar historias sobre Vincent van Gogh que hasta mi hija podía seguir. Señalaba las pinceladas que casi podías tocar si entrecerrabas los ojos. En un momento nos susurró cómo Van Gogh solía escribir cartas a su hermano — y entonces mi hijo intentó adivinar qué le habría contado. No esperaba que se rieran tanto con “los comedores de patatas”, pero ahí estábamos, riendo frente a un cuadro que tiene más años que cualquiera de nosotros.
La parte de la búsqueda del tesoro fue incluso más divertida de lo que pensaba (normalmente suelo poner los ojos en blanco con esas cosas). Los niños corrían entre los cuadros buscando pistas mientras yo me quedaba embobada frente a los Girasoles — no sé por qué ese amarillo se queda grabado. En el aire flotaba un suave aroma a madera vieja y algo dulce que venía del café. En un momento, Marieke intentó enseñarnos a pronunciar “Vincent” como un holandés; Li se rió cuando lo intenté — seguro que lo arruiné.
Sigo recordando el silencio que se hizo cuando nos plantamos frente al autorretrato de Van Gogh. Por primera vez, los niños dejaron de hablar y se quedaron mirando fijamente. No fue nada dramático, solo un silencio que se sentía importante. Salimos sin comprar nada en la tienda (un milagro), pero con dos niños cansados que no paraban de hablar de historias sobre orejas camino al hotel.
Sí, está pensado para familias y guiado por un experto que conecta con los niños.
El tour privado dura aproximadamente 2 horas.
Sí, el acceso sin colas está incluido para tu grupo.
Sí, es accesible para sillas de ruedas y se permiten cochecitos.
Sí, incluye juegos y búsquedas del tesoro para los peques.
Sí, contaréis con un guía dedicado y amigable con los niños.
Los bebés y niños pequeños pueden participar en cochecitos o carriolas.
Sí, los animales de servicio están permitidos en este tour.
Tu día incluye entradas sin colas al Museo Van Gogh de Ámsterdam y un tour privado de 2 horas para familias, guiado por un historiador del arte que sabe cómo enganchar a los niños con juegos y relatos en cada sala.
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