Sentirás cómo Ámsterdam cambia bajo tus pies mientras navegas tranquilo por sus canales en un barco eléctrico abierto. Escucha las historias de tu guía, disfruta dos bebidas incluidas (cerveza, vino o refresco) y descubre lugares como la Casa de Ana Frank y el Puente Magere Brug desde otra perspectiva. Relajado, divertido y auténtico — querrás que dure más.
No esperaba que la ciudad se sintiera tan diferente desde el agua. Subimos a este barco abierto cerca del Museo Hermitage, éramos solo unos pocos, nada que ver con esos barcos grandes con techo de cristal. Nuestro guía, Jeroen, sonrió y me ofreció una cerveza (podía haber elegido vino o refresco, pero la verdad, era una tarde para cerveza). El motor era tan silencioso que casi olvidaba que nos movíamos, salvo por el suave chapoteo del agua contra el casco. Olía un poco a lluvia, aunque el cielo estaba despejado — supongo que así es Ámsterdam en primavera.
Jeroen señaló detalles que jamás habría notado caminando: ventanas torcidas en Herengracht, bicicletas atadas en lugares imposibles, alguien tocando el acordeón en un puente sobre nosotros. Nos contó sobre el barrio Jordaan y cómo algunas casas flotantes llevan generaciones aquí. En un momento pasamos bajo el Puente Magere Brug — todos nos agachamos sin pensarlo, aunque había espacio de sobra. Hubo un instante en silencio, solo mirando cómo la luz danzaba en el agua y las viejas paredes de ladrillo. Esa imagen sigue conmigo.
Pasamos por lugares como la Casa de Ana Frank y el Barrio Rojo (De Wallen), pero sin ese aire turístico incómodo — más bien como “esto es lo que de verdad piensan los locales”. Alguien preguntó por el queso holandés (claro), y Jeroen se rió diciendo que él prefiere los stroopwafels. Las bebidas ayudaron a que todos se soltaran; a mitad del paseo ya compartíamos historias de nuestras propias ciudades. La ruta cambió un poco por obras — parece que es algo común — pero no importó. La verdad, me alegro de no ir sobre rieles ni nada rígido.
El paseo sale frente al Museo Hermitage.
El tour dura aproximadamente 1 hora.
Sí, incluye dos bebidas a elegir entre cerveza, vino, refresco, café o té.
Sí, el barco cuenta con baño para mayor comodidad.
Si llueve o el clima es malo, se proporcionan paraguas o se usa un barco cubierto.
Sí, los niños son bienvenidos pero deben ir acompañados por un adulto; los bebés pueden ir en brazos o en cochecito.
La ruta puede variar por tráfico u obras; la Casa de Ana Frank suele estar incluida pero no siempre garantizada.
Se permiten animales de servicio a bordo.
Tu excursión de una hora incluye un paseo en barco abierto por el centro histórico de Ámsterdam con comentarios en vivo de tu guía. Tendrás dos bebidas (cerveza, vino, refresco, café o té) y baño disponible para tu comodidad durante todo el recorrido.
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