Pedalea por los famosos canales de Ámsterdam con amigos o familia a tu propio ritmo. Disfruta de lugares como la Casa de Ana Frank y el Rijksmuseum de cerca, para cuando quieras para hacer fotos y vive momentos únicos que solo se ven desde el agua—recuerdos que contarás mucho después de volver a tierra.
Ahí estábamos, tambaleándonos un poco al despegar del muelle en pleno centro de Ámsterdam: yo, mi pareja y dos amigos, todos riendo porque ninguno había probado antes un barco de pedales. La ciudad se sentía distinta desde el agua: más tranquila, a pesar de las bicicletas que crujían sobre los puentes y algún que otro grito desde otra embarcación. El guía en la recepción solo sonrió y dijo: “No os preocupéis, en un rato le cogéis el truco”, lo que fue a la vez tranquilizador y un poco inquietante.
No esperaba fijarme tanto en detalles: cómo la luz del sol rebotaba en esas casas antiguas del canal, o cómo la brisa traía ese aroma a pan recién hecho mezclado con algo dulce (¿stroopwafels quizás?) de algún lugar cercano. Pasamos bajo un puente bajo de piedra y alguien en la orilla nos saludó; yo respondí sin pensarlo. La Casa de Ana Frank apareció a nuestra izquierda, más pequeña de lo que imaginaba pero más impactante vista desde el agua. Allí bajamos la velocidad, flotando un rato. Sin prisas—la mejor parte de este tour privado por los canales de Ámsterdam: nadie te dice cuándo seguir.
Luego intentamos dirigirnos hacia el Rijksmuseum—más fácil decirlo que hacerlo con cuatro personas discutiendo sobre hacia dónde pedalear. Pero al final llegamos, con las piernas ardiendo un poco pero todavía riendo. Cerca del museo hay Wi-Fi gratis por si quieres consultar la ruta o mandar alguna foto (que nosotros sí hicimos—mi madre quedó encantada). Cuando devolvimos el barco, el sol de la tarde bañaba todo en dorado y pensé: la próxima vez que alguien venga a visitarme aquí, esto será lo primero que le enseñe.
La mayoría se alquilan por horas; normalmente puedes elegir entre una o dos horas según el tiempo que quieras dedicar a explorar.
Puede que te tome unos minutos acostumbrarte a la dirección, sobre todo con varias personas a bordo, pero la mayoría lo encuentra fácil tras un rato.
Sí, puedes pasar junto a atracciones principales como la Casa de Ana Frank y el Rijksmuseum directamente desde tu ruta en barco de pedales.
Cada barco suele acomodar cómodamente hasta cuatro personas, ideal para familias o grupos pequeños de amigos.
Tu reserva incluye un alquiler privado de barco de pedales para hasta cuatro personas para que explores a tu ritmo; el personal amable te ayuda a empezar en la recepción; además, hay Wi-Fi gratis cerca del Rijksmuseum para que consultes rutas o compartas fotos durante tu paseo.
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