Recorrerás el animado souk de Nizwa con un guía local, subirás a las torres de la antigua fortaleza, probarás fruta fresca en pueblos de montaña y disfrutarás un almuerzo en las alturas del altiplano Saiq. Risas con locales y momentos de calma que te acompañarán mucho después de volver a casa.
“Si ves a un hombre vendiendo granadas aquí, seguro que las recogió esta misma mañana,” nos dijo nuestro guía Khalid mientras nos abríamos paso entre cestas llenas de fruta en el souk de Nizwa. Nunca había visto tantos khanjars juntos — algunos tenderos nos dejaron sostenerlos, sus mangos fríos y pesados. El aroma dentro era una mezcla de cardamomo y un toque metálico. Khalid conocía a la mitad de los vendedores por su nombre; saludó a una mujer que vendía dátiles y ella nos sonrió ofreciéndonos un puñado para probar. Creo que me comí más de lo que debía.
La fortaleza era más grande de lo que imaginaba — su torre redonda se impone sobre ti. Dentro, el ambiente era silencioso y las paredes gruesas, con la luz del sol colándose por ventanas estrechas sobre suelos de piedra pulidos por siglos de pasos. Khalid nos mostró dónde estaba el pozo antiguo bajo la fortaleza (miré hacia abajo pero solo vi oscuridad). En la cima, un momento quedó grabado cuando el viento levantó mi pañuelo y todo quedó en silencio, salvo las risas de unos niños abajo. Eso me quedó grabado.
Dejamos atrás Nizwa y cruzamos Birkat Al Mouz — un oasis verde en medio de tanto polvo, palmeras datileras por todas partes y canales de agua que corrían junto a la carretera. Almorzamos en el altiplano Saiq, mucho más alto de lo que parece en el mapa (me taparon los oídos). El aire era fresco, casi cortante. Nos sentamos afuera junto a jardines en terrazas donde crecen albaricoques y nueces — alguien pasó rodajas de limón espolvoreadas con sal. Tenía un sabor más intenso que cualquier cosa que hubiera probado en toda la semana. Había rutas para caminar hacia pueblos como Wadi Bani Habib, pero la verdad es que solo quería quedarme allí un rato y respirar todo ese aire.
La excursión dura todo el día, con recogida por la mañana y regreso a Muscat por la tarde.
Sí, el almuerzo en el altiplano Saiq está incluido en la excursión.
Explorarás torres históricas, corrientes subterráneas, muros gruesos y vistas panorámicas desde la cima.
Hay opciones para caminatas cortas en pueblos como Wadi Bani Habib si quieres.
Sí, la recogida y regreso están disponibles en cualquier punto de la ciudad de Muscat.
En los jardines en terrazas crecen granadas, nueces, albaricoques y limones.
La excursión es apta para todos los niveles; hay asientos para bebés si se necesitan.
Tu día incluye recogida y regreso en cualquier punto de Muscat en vehículo con aire acondicionado, agua embotellada y refrescos durante todo el recorrido, entrada a la fortaleza y al souk de Nizwa con un guía profesional que te contará historias en el camino, y un almuerzo servido en las frescas alturas del altiplano Saiq antes de regresar al atardecer.
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