Vive Milford Sound desde el aire en un vuelo panorámico en helicóptero con aterrizaje en glaciar y relatos de un guía local. Aterriza en el mismo Milford Sound, respira el aire puro alpino y conoce leyendas maoríes que te acompañarán mucho después de que tus botas se sequen.
Lo primero que me llamó la atención fue cómo la luz iluminaba Mitre Peak al despegar, como si alguien lo hubiera pintado con una brocha bañada en plata. Nuestro piloto, Jamie, nos sonrió por el auricular (“¿Listos para el verdadero clima de Fiordland?”), y la verdad no sabía si eso significaba lluvia, sol o ambos. Las ventanas del helicóptero se empañaron un instante con mi aliento — nervios, quizás — pero pronto estábamos por encima de todo, zigzagueando entre montañas que parecían al alcance de la mano. Intentaba encontrar ovejas en las laderas, pero solo veía puntitos.
Aterrizamos justo en Milford Sound, una sensación casi irreal después de verlo desde el aire. Al abrirse las puertas, un olor intenso a piedra mojada y musgo me sorprendió — no esperaba notarlo, pero se quedó grabado. Jamie señaló unas focas tomando el sol en una roca (las llamó “los vecinos que nunca se van”) y nos contó cómo los maoríes navegaban estas aguas leyendo las nubes. Tenía una forma de contar historias que hacía que olvidaras el móvil por un rato. En un momento se rió de mi intento de pronunciar Piopiotahi (lo destrocé totalmente), pero dijo que eso es parte de vivir Nueva Zelanda de verdad.
El aterrizaje en el glaciar fue más frío de lo que imaginaba — el viento atravesaba mi chaqueta aunque era verano. La nieve crujía bajo mis botas y todo se volvió silencio salvo por nuestros pasos. Intenté coger un poco de nieve (no preguntes por qué) y terminé con los dedos congelados, pero me sentí como un niño otra vez por un momento. No nos quedamos mucho; el clima cambia rápido allí arriba, así que Jamie vigilaba las nubes mientras sacábamos fotos que, en realidad, no hacen justicia al lugar.
De regreso, me sorprendí mirando el verde infinito de Fiordland y pensando en lo pequeños que se ven todos los problemas desde arriba. Es curioso cómo dos horas pueden quedar tan largas en la memoria. Si alguna vez tienes la oportunidad de hacer este vuelo panorámico con aterrizaje en Milford Sound, no lo dudes. Aunque olvides la mitad de lo que ves, nunca olvidarás cómo te hizo sentir.
El vuelo panorámico con aterrizaje dura aproximadamente 2 horas.
Sí, la recogida y regreso al hotel están incluidos en la reserva.
Sí, los niños deben ir acompañados por un adulto durante el tour.
Sí, el tour es accesible para personas en silla de ruedas.
Los bebés pueden participar, pero deben ir en el regazo de un adulto; se cobra tarifa infantil.
Tu experiencia incluye recogida y regreso al hotel, vuelo en helicóptero sobre Milford Sound con auriculares para escuchar claramente las historias del guía, y aterrizajes tanto en Milford Sound como en un glaciar o zona alpina dentro del Parque Nacional Fiordland antes de volver.
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