Vive la belleza pura de Fiordland en este tour en grupo pequeño a Milford Sound desde Queenstown: paradas junto a lagos con historias locales, reflejos en Mirror Lakes, cascadas tras el túnel Homer y un crucero boutique bajo Mitre Peak con almuerzo incluido. No es solo paisaje—es risa en la furgoneta, lluvia en tu chaqueta y relatos que se quedan contigo.
Lo primero que noté fue el silencio—un silencio real—cuando paramos junto al lago Wakatipu, a las afueras de Queenstown. Nuestro guía, Jamie (que creció en Te Anau), nos ofreció café y señaló The Remarkables medio cubierto por la niebla matutina. Había visto fotos antes, pero es otra cosa estar ahí, con las botas crujiente sobre la grava y el aliento formando vapor. Seguimos bordeando el lago, la carretera serpenteando por Devil’s Staircase mientras Jamie nos contaba leyendas locales y el origen de los nombres de las montañas. La furgoneta era tan cómoda que casi me quedo dormido entre historias, hasta que alguien vio unas ovejas corriendo junto a la cerca y todos soltamos una carcajada.
Te Anau se siente como un mundo aparte—cafeterías diminutas, olor a hierba mojada y esa sensación de estar muy lejos de cualquier otro lugar. Paramos para picar algo (yo me pedí un rollo de queso; parece que es típico de Southland) y seguimos hacia Fiordland. El valle Eglinton era simplemente un espacio abierto, con pasto amarillo moviéndose al viento. Jamie nos hizo bajar en Mirror Lakes para “la foto”—y sí, si la encuadras bien no sabes qué lado es arriba. Había sandflies pero también un silencio extraño y pacífico, solo roto por el canto de pájaros en el bosque. En Lake Gunn intenté hacer saltar piedras pero fue un desastre; alguien logró tres saltos y se llevó un aplauso.
Después del río Hollyford subimos más alto—de repente todo se volvió verde y húmedo mientras la lluvia golpeaba las ventanas. Cruzar el túnel Homer fue como entrar a otro mundo: paredes de roca talladas a mano, luces rebotando, y un silencio que nos envolvió por un momento. Al salir, las cascadas aparecían por todas partes—¿cientos tal vez?—cayendo a chorros por los acantilados negros. Jamie nos mostró dónde suelen estar los kea; no vimos ninguno, pero nos contó la historia de uno que le robó un sándwich (dice que es verdad). Ese tramo antes de Milford Sound es salvaje; se huele el musgo y la piedra fría incluso dentro de la furgoneta.
El crucero me sorprendió: un barco pequeño donde realmente podías escuchar las conversaciones bajito o las risas cuando el agua de Stirling Falls salpicaba. Mitre Peak se veía increíblemente afilado contra las nubes bajas; me quedé afuera hasta que se me entumecieron las manos, solo viendo cómo la luz cambiaba sobre el agua. El almuerzo fue una caja picnic (un sándwich vegetariano para mí) mientras navegábamos junto a focas tomando el sol en las rocas. De regreso, Jamie paró cerca del sendero Routeburn para estirar las piernas y contarnos historias maoríes sobre exploradores que cruzaron estas montañas mucho antes de que existieran caminos. A veces todavía pienso en esa vista—cómo todo parecía inmenso y a la vez tan cercano.
El tour completo suele durar entre 12 y 13 horas, incluyendo el viaje de ida y vuelta.
Sí, el traslado desde y hacia hoteles seleccionados en Queenstown está incluido.
Se utiliza un barco boutique para una experiencia más íntima con menos pasajeros.
Incluye un almuerzo picnic; se pueden adaptar opciones según necesidades dietéticas si se avisa al reservar.
Sí, hay una parada en Mirror Lakes para fotos y una breve caminata.
Se pueden avistar aves nativas como el kea o focas en algunos tramos del recorrido y crucero.
Los niños son bienvenidos; la ley exige asientos de seguridad para menores de 7 años.
Recomiendan ropa adecuada para cambios de clima; es mejor llevar chaquetas impermeables porque el tiempo en Fiordland cambia rápido.
Tu día incluye traslado desde y hacia hoteles en Queenstown, todas las entradas para las paradas en ruta, snacks y agua durante el viaje, un almuerzo picnic adaptado a tus necesidades si lo solicitas, y el ticket para un crucero boutique en Milford Sound—todo guiado por alguien que conoce estas rutas al detalle y con regreso cómodo por la tarde.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?