Sube a un helicóptero en el pueblo de Franz Josef, sobrevuela grietas azules y blancas del glaciar, y aterriza en nieve virgen para sacar fotos y respirar ese aire fresco de montaña. Con un piloto local guiándote en cada momento, esta aventura corta te regala vistas y sensaciones que no olvidarás.
Todo empezó con nuestro piloto, Jamie, sonriendo mientras me pasaba los auriculares — “No te preocupes, será un vuelo suave,” dijo, aunque mi estómago ya daba vueltas. Las hélices del helicóptero sonaban más fuerte de lo que esperaba y, antes de darme cuenta, estábamos despegando desde el pueblo de Franz Josef. El suelo se alejaba tan rápido que alguien detrás de mí soltó un pequeño suspiro (quizás fui yo). Jamie señaló el río que serpenteaba abajo y bromeó diciendo que los locales saben qué estación es solo por el color del agua — cambia según el deshielo.
Desde arriba, el glaciar parecía irreal. Todo ese hielo azul y blanco, agrietado y doblado como si alguien hubiera arrugado una sábana gigante y la hubiera dejado en el congelador. Jamie nos llevó justo sobre las caídas de hielo — apoyé la frente en la ventana y sentí una ráfaga de aire frío colándose. Olía a algo punzante, casi metálico. Nos contó historias de rescates y que algunos días se pueden ver keas saltando por aquí (hoy no tuvimos suerte, a menos que cuente mis nervios).
Aterrizar en la cima del glaciar Franz Josef fue… extrañamente silencioso. Como si todo el ruido se hubiera esfumado, salvo el crujir de nuestras botas sobre una nieve que parecía falsa, pero no lo era. Mi amigo intentó hacer una bola de nieve y solo terminó con los dedos congelados. Nos hicimos fotos — todos moviéndonos torpemente porque nadie quería ser el primero en volver al helicóptero. No dejaba de pensar en lo antiguo que debía ser ese hielo bajo mis pies. No nos quedamos mucho (el viento empezó a soplar fuerte), pero ese silencio me acompañó después del despegue.
El vuelo dura aproximadamente 25 minutos, incluyendo el aterrizaje en la nieve.
Sí, durante el vuelo se aterriza sobre la nieve en la cima del glaciar Franz Josef.
Sí, los niños son bienvenidos pero deben ir acompañados por un adulto.
La experiencia es accesible para sillas de ruedas y cuenta con asientos especiales para bebés.
Recomiendan ropa abrigada, gafas de sol, calzado resistente, cámara y muchas ganas de aventura.
Los bebés pueden ir, pero deben sentarse en el regazo de un adulto; hay asientos especiales disponibles.
Sí, hay opciones de transporte público para llegar al pueblo de Franz Josef.
Tu experiencia incluye un vuelo panorámico de 25 minutos en helicóptero sobre el glaciar Franz Josef con paradas para fotos, un piloto local profesional que te guía en todo momento y un inolvidable aterrizaje en nieve a gran altura antes de regresar juntos al pueblo.
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