Saldrás de Queenstown pasando por lagos y montañas, catarás vinos de clima frío en cuatro viñedos boutique de Gibbston y Cromwell, compartirás un almuerzo relajado con nuevos amigos y pasearás por las calles históricas de Old Cromwell con tu guía, que te contará historias y te sacará alguna sonrisa. Habrá tiempo para preguntas o simplemente para disfrutar el paisaje; esta excursión se siente más como una bienvenida que un tour acelerado.
Lo primero que recuerdo es a nuestro conductor, Mark, saludándonos con una sonrisa fácil frente al hotel — nos preguntó si alguna vez habíamos probado un pinot noir de Central Otago. La verdad, no. Salimos de Queenstown bordeando el lago Wakatipu, que esa mañana estaba como un espejo, y Mark señaló The Remarkables, medio ocultas entre nubes bajas. Nos contó historias de los mineros de oro que cruzaban estos valles — sus relatos hicieron que el viaje pareciera más corto. Alguien atrás vio a un saltador de bungee en el puente colgante de Kawarau y todos estiramos el cuello (confieso que casi dejo caer el móvil intentando grabar).
La primera parada fue en Gibbston para la primera cata. La bodega olía ligeramente a roble viejo y algo dulce — ¿tomillo silvestre quizás? Es difícil de describir, pero se sentía auténtico, nada pretencioso. Nuestra anfitriona sirvió una selección de blancos y tintos; intenté girar la copa como si supiera, pero sobre todo disfruté escuchando cómo explicaba que el suelo rocoso cambia el sabor. Luego llegó el almuerzo en un restaurante de viñedo en Bannockburn: grandes tablas con quesos locales, embutidos, pan que aún estaba tibio en mis manos. El pinot gris que lo acompañaba era ligero y fresco. Comimos afuera bajo un cielo gris, pero a nadie le importó — hay algo en compartir comida con desconocidos después de un par de copas que hace que la charla fluya.
Después paseamos por Old Cromwell — solo unas calles, pero las casas de piedra parecían sacadas de otro siglo. Había una panadería con tartas de albaricoque en la ventana; casi vuelvo por una, pero no quería retrasar al grupo (todavía me arrepiento). Las dos últimas catas fueron más tranquilas. En un lugar, un hombre mayor llamado Pete explicó cómo la helada puede arruinar toda una temporada si tienes mala suerte — se reía, pero se notaba que hablaba en serio. De regreso por Gibbston, Mark puso música local y nadie habló mucho; todos nos quedamos mirando las colinas.
Sigo pensando en ese día — no solo por el vino o la comida, sino porque cada parada se sentía especial, cercana. Si buscas una excursión desde Queenstown sin prisas, donde puedas charlar con gente del lugar (y probar vinos realmente buenos), este tour por Central Otago vale la pena.
Visitas cuatro viñedos boutique en Gibbston, Bannockburn y Cromwell.
Sí, incluye un almuerzo tipo tabla para compartir con productos locales en un restaurante de viñedo.
Sí, incluye recogida y regreso a hoteles seleccionados en Queenstown.
Niños desde 6 años pueden unirse (con opción de cochecito), pero solo mayores de 18 años pueden consumir alcohol.
Sí, todas las áreas son accesibles y se permiten animales de servicio.
Sí, hay tiempo para pasear por el histórico asentamiento de Old Cromwell dentro del itinerario.
El tour cubre las regiones vinícolas de Gibbston Valley, Bannockburn y Cromwell, además de paradas panorámicas junto al lago Wakatipu.
El tour de día completo incluye traslados entre viñedos, catas y almuerzo; prepárate para dedicar casi todo el día.
Tu día incluye recogida y regreso al hotel desde hoteles seleccionados en Queenstown, transporte en vehículo con aire acondicionado y guía local que comparte historias durante el trayecto, catas guiadas en cuatro viñedos boutique de las subregiones de Central Otago, un almuerzo tipo tabla para compartir con vinos locales en un restaurante de viñedo, y tiempo para pasear por Old Cromwell antes de regresar juntos por la tarde.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?