Únete al patrón Tony (y a Scruffy, el perro del barco) en un crucero íntimo por el puerto de Akaroa para ver delfines raros y escuchar historias locales que no encontrarás en las guías. Con grupos pequeños y todo incluido, te sentirás parte de la tripulación, no un turista más. Una experiencia que se queda contigo mucho después de salir del agua.
Lo primero que me llamó la atención fue Scruffy, el perro del barco, moviendo la cola en el muelle como si ya supiera que seríamos amigos. El puerto de Akaroa tenía ese olor salado y verde que solo se siente cuando la marea acaba de cambiar, y nuestro grupo era tan pequeño que todos podíamos escuchar a Tony sin que tuviera que gritar. Él lleva navegando por aquí desde los años 60, ¡una locura! En cuanto nos alejamos de la orilla, empezó a señalar esas formaciones rocosas raras en Banks Peninsula, contándonos cuáles parecían caras viejas o focas dormidas (yo todavía no veo la foca en esa, pero igual es cosa mía).
Hubo un momento en que Tony apagó el motor y todo quedó en silencio, salvo por unas gaviotas peleándose arriba. Entonces alguien vio la aleta de un delfín de Héctor, mucho más pequeño de lo que esperaba, y de repente aparecieron tres nadando alrededor nuestro. Más que un crucero, parecía que estábamos invitados en su sala de estar. El aire estaba fresco pero no frío, y recuerdo mis manos heladas agarradas a la barandilla, sin querer moverme para no perderme nada.
Intenté preguntarle a Tony por algunos nombres maoríes de la zona (seguro que los pronuncié fatal; él se rió y me dio una mini clase igual). Nos contó historias de naufragios y acantilados volcánicos, cosas que no verás en ninguna guía turística. En un momento, Scruffy ladró a un cormorán que pasó volando, no sé si lo vio como amenaza o solo quería saludar. Pasamos por calas pequeñas donde el agua tenía un azul cristalino raro, y la verdad es que perdí un poco la noción del tiempo.
No fue nada sofisticado ni acelerado, solo buena compañía y relatos auténticos. Si buscas algo pulido o guionizado, este no es tu plan. Pero a veces, cuando el ruido de casa me abruma, aún recuerdo a esos delfines.
El tour limita el número de pasajeros para mantener una experiencia en grupo pequeño.
Sí, el patrón local Tony dirige cada crucero de vida salvaje en Akaroa.
Sí, pueden subir bebés y niños pequeños; se aceptan cochecitos y sillas de paseo.
Sí, los animales de servicio están permitidos a bordo.
No incluye recogida, pero hay opciones de transporte público cerca.
Sí, todas las tarifas y impuestos están incluidos en la reserva.
Sí, es apto para todos los niveles físicos.
Tu día incluye un crucero guiado por el puerto de Akaroa con el patrón local Tony (y Scruffy si tienes suerte), además de todas las entradas y tasas cubiertas para que solo te preocupes por disfrutar del agua y la compañía.
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