Te abrigarás con ropa térmica cerca de Tromsø y saldrás bajo cielos oscuros con un fotógrafo-guía local, escuchando leyendas noruegas mientras buscas la aurora boreal. Habrá sopa caliente junto al fuego, galletas y café para calentar las manos, y ayuda para hacer fotos (o simplemente disfrutar el momento). No es solo perseguir luces, es compartir silencio e historias bajo un cielo cambiante.
Lo primero que noté al salir en Tromsø fue ese frío que te pellizca la nariz — no duele, pero sí te recuerda que no es una noche cualquiera. Vidar, nuestro guía (y un crack con la cámara), nos entregó unos trajes de invierno y botas que nos hacían parecer astronautas torpes. Sonrió y dijo: “Me lo agradeceréis después.” Y tenía razón. La nieve crujía bajo nuestros pies mientras subíamos a la furgoneta, todos con esa mezcla rara de ilusión y duda que se siente antes de salir a cazar auroras boreales.
Condujimos como una hora, o eso parecía — serpenteando entre árboles oscuros y pequeñas luces que seguro eran casas. Vidar no paraba de mirar al cielo y contarnos sobre trolls escondidos en las montañas (todavía no puedo pronunciar la mitad de los nombres que dijo). En un momento se calló porque vio algo tenue — una mancha verde pálida muy arriba. “Ahí,” susurró, como si hablar más alto pudiera espantarla. Yo intentaba montar el trípode mientras alguien con los dedos congelados intentaba hacerse un selfie. Casi me la pierdo porque estaba liado con la cámara.
Vidar ayudó a todos a sacar buenas fotos — incluso hizo retratos para quien quiso (prometió enviarlos por email). Sirvió sopa caliente de verduras en tazas humeantes que me empañaron las gafas al instante. También había café y unas galletas de canela que a medianoche y en la nieve sabían mejor de lo que deberían. Alguien preguntó si cruzaríamos a Finlandia esa noche; Vidar se encogió de hombros y dijo que a veces hay que seguir las luces donde vayan. Me gustó esa idea.
No esperaba que fuera tan silencioso allá afuera — solo el viento entre los abedules, susurros y risas bajas para no romper el hechizo que flotaba sobre nosotros. Aún ahora, al cerrar los ojos, veo esa cortina verde suave moviéndose en el cielo. Si estás pensando en una excursión para ver auroras desde Tromsø, no lo dudes — ve si puedes.
Sí, se incluyen trajes de invierno y botas impermeables para todos los participantes.
Sí, el guía también es fotógrafo profesional y te ayudará con las fotos.
Durante la noche te ofrecerán sopa caliente de verduras, galletas y café o té.
Sí, no necesitas cámara; el guía también hará fotos para ti.
Es necesario porque podrías cruzar a Finlandia durante la búsqueda.
Tu retrato se toma durante la noche y te lo envían por correo electrónico.
El tour incluye recogida; también hay opciones de transporte público cerca.
Si lo avisas al reservar, pueden atender necesidades dietéticas.
Tu noche incluye recogida cerca de Tromsø (con opciones de transporte público), toda la ropa de invierno necesaria como trajes y botas térmicas a tu medida, tazas humeantes de sopa caliente de verduras, galletas y café o té junto al fuego mientras esperas la aurora boreal. Un fotógrafo-guía profesional te ayuda a capturar tanto las auroras como retratos personales que te enviarán por email al volver — así, aunque se te congelen los dedos con tu cámara, tendrás pruebas de que estuviste bajo ese cielo salvaje.
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