Si quieres ver cómo despiertan los Himalayas mientras Katmandú aún duerme—y vivir un poco la vida rural a pie—esta excursión privada al amanecer en Nagarkot es para ti. Captarás esos primeros rayos dorados, caminarás por el campo auténtico y estarás de vuelta en la ciudad por la tarde.
El despertador sonó a las 3:45 am y, sinceramente, casi lo apago para seguir durmiendo. Pero a las 4:15, nuestro guía ya esperaba en el vestíbulo, sonriendo y con un termo de dulce té nepalí en la mano. El camino fuera de Katmandú fue tranquilo—solo algunos perros callejeros y vendedores madrugadores preparando sus puestos. A medida que subíamos, abrí un poco la ventana. El aire se volvió más fresco, con un leve aroma a pino, y se escuchaban los primeros cantos de los pájaros incluso antes del amanecer.
Llegamos a la Torre de Observación de Nagarkot justo cuando el cielo empezaba a aclararse. Había unas doce personas más—algunos con cámaras, otros envueltos en chales, tomando té en pequeños vasos de papel. Nuestro guía señaló las cumbres: Langtang, Ganesh Himal y—si te esfuerzas en un día despejado—hasta el Everest a lo lejos. El amanecer no fue espectacular, pero ver cómo las montañas se teñían de dorado poco a poco fue algo irreal. Hay más silencio del que imaginas; solo el viento y alguna tos ocasional de alguien calentándose las manos.
Después de un desayuno rápido (huevos, chapati y más té en un lugar local llamado Hotel View Point), partimos a pie. El sendero hacia Telkot serpentea entre campos en terrazas donde verás a campesinos ya trabajando—una mujer nos saludó mientras guiaba sus cabras. Hay un tramo por un bosque de pinos con un aroma intenso y terroso. A veces pasas junto a pequeños santuarios escondidos entre los árboles o niños caminando a la escuela con uniformes impecables. La caminata no es difícil—solo algunas subidas y bajadas—pero me alegré de llevar zapatos resistentes. Al mediodía llegamos a Telkot, donde nuestro conductor nos esperaba con agua fría y el viaje de regreso a Thamel. Dormí casi todo el camino de vuelta.
Normalmente alrededor de las 4:00 am—tu guía confirmará la hora exacta según el amanecer.
Sí, es una ruta fácil a moderada. Si estás cómodo caminando unas horas con algunas pendientes, lo harás sin problema.
Zapatos cómodos, una chaqueta ligera (hace frío antes del amanecer), agua y quizás un snack. El resto lo organiza tu guía.
En días muy despejados, sí—se ve en el horizonte. La mayoría de los días podrás admirar varios picos del Himalaya de cerca.
Tu día incluye transporte privado desde tu hotel en Katmandú, un guía local amable que conoce los mejores miradores y recogida/devolución en la puerta de tu alojamiento. Olvídate de la logística—solo trae tu espíritu aventurero.
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