Recorrerás calles medievales en Kotor, disfrutarás la calma de Perast y pisarás una isla construida a mano—todo mientras escuchas relatos que no encontrarás en ninguna guía. Esta excursión te hace sentir de verdad lo que hace especial a esta bahía.
Hay algo especial al pisar esos antiguos adoquines en Kotor—quizás sea el sonido de tus zapatos al chocar contra las piedras, o el leve aroma salado que trae el aire desde la bahía. Nuestro guía, Marko, nos llamó desde la Plaza de la Leche (los locales la llaman Trg od Mlijeka), donde un gato descansaba bajo un cartel de madera desgastado. Señaló detalles diminutos que nunca habría notado—como los escudos familiares tallados sobre las puertas y el origen de los nombres tan curiosos de cada plaza. Escucharás historias sobre familias de comerciantes y verás iglesias que llevan siglos en pie. Aquí es fácil perder la noción del tiempo; cada rincón parece guardar un secreto.
Perast es más tranquilo que Kotor, pero igual de lleno de vida a su manera. Esa mañana el agua estaba como un espejo, reflejando esas montañas escarpadas que parecen caer directo en la bahía. Vimos a pescadores levantar redes cerca de la orilla mientras una anciana vendía higos desde una cesta junto a los escalones de la iglesia. Las casas aquí parecen casi intactas—muros de piedra con techos rojos, algunas aún en manos de familias cuyos antepasados fueron capitanes o molineros de estas aguas. Las gaviotas se posaban en las chimeneas, apenas moviéndose salvo para graznar de vez en cuando.
La verdadera sorpresa llegó al tomar un pequeño barco hacia Nuestra Señora de las Rocas. El trayecto duró solo unos minutos, pero fue como entrar en otro mundo—la isla es artificial, construida piedra a piedra durante siglos. Dentro de la iglesia, nuestro guía nos mostró placas de plata dejadas por marineros y tapices bordados por mujeres locales (uno tardó 25 años en terminarse). El lugar no solo es bonito; está lleno de historias—deseos de viajes seguros, agradecimientos por regresos, fragmentos de vida cotidiana tejidos en cada rincón.
¡Sí! Bebés y niños pequeños pueden participar—se permiten cochecitos y carriolas en esta ruta.
Un barco privado te lleva desde Perast hasta la isla y de regreso; está incluido en la excursión.
Todos los costos de entrada—incluida Nuestra Señora de las Rocas—y los impuestos municipales están cubiertos en el precio.
Caminarás por los centros históricos a un ritmo tranquilo; apto para todos los niveles de condición física.
Tu día incluye transporte privado entre paradas, todas las entradas e impuestos (incluido el impuesto municipal de Kotor), traslado en barco a Nuestra Señora de las Rocas y regreso, además de las entradas para todo lo mencionado. Solo trae calzado cómodo—¡y quizás una cámara!
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