Probarás sidra fresca de Zacatlán directo de la fuente, caminarás junto a un río de montaña bajo pinos, verás artesanos pintando esferas navideñas en Chignahuapan y estarás frente a la estatua cubierta más grande de la Virgen María en México — todo con un guía local que conoce cada atajo y historia.
Con las manos pegajosas por la sidra de manzana — así empezó nuestra mañana en Zacatlán. Nuestro guía, Sergio, tenía esa manera de llamarnos con la mano cada vez que quería mostrar algo pequeño, como la antigua prensa de madera escondida detrás de los barriles. Todo el lugar olía a manzanas dulces y aserrín. No esperaba que me gustara la sidra a las 10 de la mañana, pero Sergio sonrió y dijo que era “desayuno de campeones”. Nos reímos y seguimos caminando entre los murales — tantos colores que no podía dejar de tomar fotos. Algunos locales nos saludaban al pasar; una señora que vendía tamales me guiñó un ojo cuando intenté hablar en español. No sé si me entendió, pero se sintió muy amable.
El camino entre Zacatlán y Chignahuapan fue puro curvas y colinas verdes. En un momento paramos junto a un río donde solo se escuchaba el agua golpeando las piedras — ni autos ni voces. Hacía más frío de lo que esperaba; la niebla tocaba mis brazos y el olor a tierra mojada era intenso. Sergio nos dejó quedarnos un rato más porque nadie quería irse. Nos contó que mucha gente viene aquí solo para respirar un rato cuando la ciudad se vuelve demasiado ruidosa.
Chignahuapan se sentía más animado — más niños corriendo por la plaza, música que salía de algún lugar cerca de la iglesia. Visitamos el taller donde hacen esas esferas navideñas brillantes a mano. El olor a pintura se mezclaba con el café que preparaban atrás (supongo que todos necesitan cafeína para ese trabajo tan delicado). Intenté decir “esfera” bien, pero lo pronuncié mal; Li se rió de mi acento y también el chico que pintaba estrellas en vidrio azul. Dentro de la iglesia hay una estatua enorme de la Virgen María — más grande de lo que imaginaba. Todo el pueblo parecía estar orgulloso de ella.
De vez en cuando todavía recuerdo ese silencio junto al río cuando todo se pone ruidoso en casa. Si buscas una excursión desde Puebla o incluso desde Cusco (si estás de paso), estos Pueblos Mágicos valen mucho la pena — no son perfectos ni lujosos, pero tienen una autenticidad que se queda contigo.
El tour cubre ambos pueblos en un solo día con transporte de ida y vuelta incluido.
Sí, la recogida está incluida para tu comodidad.
Visitarás los productores de sidra y murales de Zacatlán, pasearás junto a una cascada, conocerás los talleres de esferas navideñas en Chignahuapan y verás su famosa estatua de la Virgen María.
No se menciona almuerzo; es posible encontrar snacks en el lugar.
Es apto para todos los niveles; los bebés deben ir en brazos de un adulto.
Sí, los niños son bienvenidos; los bebés deben ir en brazos durante el transporte.
Puedes reservar en línea; la confirmación incluye detalles sobre el punto y horario de recogida.
Tu día incluye transporte en vehículo con aire acondicionado entre Zacatlán y Chignahuapan, con recogida para tu grupo. Contarás con un guía local certificado que compartirá historias de cada parada — desde la cata de sidra hasta los talleres de artesanía — antes de regresar cómodamente al final del día.
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