Pasa tu día explorando Valle de Guadalupe con un guía local que te recoge en la puerta. Prueba vinos mexicanos en bodegas seleccionadas, disfruta un almuerzo con sabores regionales y vive el ambiente relajado de Baja, todo adaptado a tus gustos. Una experiencia que recordarás cada vez que abras una botella en casa.
Salimos de Ensenada justo después del desayuno, con las ventanas abajo y ese aire seco y soleado que solo se siente en Baja. Nuestro guía, Luis, nos saludó con una gran sonrisa y un aire relajado desde el primer momento. Preguntó qué tipo de vino nos gustaba (yo me puse nervioso y dije “tinto?”), y arrancamos rumbo al Valle de Guadalupe. El viaje no es largo, pero da tiempo para ver cómo la ciudad se va quedando atrás y aparecen los viñedos polvorientos y esas colinas azules bajas. No podía dejar de pensar en lo distinto que se sentía comparado con Napa o cualquier otro lugar donde había probado vino: menos pulido, pero más auténtico.
La primera parada fue en una bodega pequeña donde el perro del dueño nos recibió antes que nadie. Luis habló con el personal en español (yo entendí más o menos una palabra de cada cinco) y luego explicó las opciones de cata. Probamos tres tintos y un blanco — uno tenía un sabor casi salado, ¿será? No estoy seguro, pero combinaba perfecto con el queso que trajeron, suave y con un toque ácido, mejor de lo que esperaba. Hubo un momento en que todos nos quedamos en silencio, solo tomando el vino y mirando las vides a través del vidrio polvoriento. No esperaba sentirme tan relajado tan rápido.
Más tarde almorzamos en un lugar que Luis eligió según lo que habíamos dicho que nos gustaba — tacos de pescado a la parrilla para mí, algo más contundente para mi amigo. El restaurante era al aire libre, con sillas desparejadas y risas de una mesa de locales cerca. Intenté pedir en español; Luis se rió y me ayudó (seguro que arruiné “queso fresco”). La tarde se fue entre más catas — cada lugar tenía su propio ambiente, algunos elegantes, otros con solo unos barriles bajo un toldo. Al final de la tarde me di cuenta de que no había mirado el teléfono ni una sola vez.
El regreso se sintió más lento. El sol bajando sobre el valle, ventanas abiertas otra vez, todos en silencio pero contentos después de un día completo. Sigo pensando en esa vista de la última bodega — luz dorada sobre las filas de vides, polvo en el aire que casi podías saborear.
Normalmente toma entre 30 y 40 minutos en coche desde Ensenada hasta Valle de Guadalupe.
Sí, tu guía te recogerá en tu ubicación antes de ir al Valle de Guadalupe.
El itinerario se adapta a tus preferencias; puedes hablar con tu guía para decidir las opciones.
El tour incluye paradas para comer; tú decides cuánto quieres gastar en cada lugar.
Este es un tour privado con transporte exclusivo para tu grupo.
Tu día incluye transporte privado con recogida en tu ubicación, toda la logística a cargo de tu guía local y un horario flexible que se adapta a tus gustos en vino y comida por todo Valle de Guadalupe.
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