Explora la Laguna Tres Palos en lancha, visita un pueblo AfroMex, libera tortuguitas en el mar y conoce cocodrilos de cerca—todo en un día tranquilo con guía local. Ideal si buscas naturaleza auténtica, comida local y algo diferente a la típica playa.
El sol iluminaba los mangos mientras avanzábamos por la costa, con las ventanas abiertas, disfrutando ese aire salado mezclado con el dulce aroma de la fruta madura. Nuestro guía, Luis, señalaba pequeños puestos a la orilla del camino vendiendo agua de coco—asegura que el que está cerca de la vieja parada de autobús es el mejor. El camino se va quedando más tranquilo conforme avanzas, hasta que de repente llegas al borde de la Laguna Tres Palos. Es enorme—los locales dicen que es ocho veces más grande que la Bahía de Acapulco. Subimos a una pequeña lancha, solo nuestro grupo y Luis, y nos adentramos en los túneles de mangle. El agua está tranquila, aves por todos lados—garzas, coloridos martines pescadores, incluso un par de iguanas tímidas tomando el sol en ramas bajas. Quizá veas pescadores sacando redes o escuches el suave golpe de un remo de alguien que regresa a casa.
Nos detuvimos en un parche flotante de flores silvestres—Luis lo llamó un “jardín natural.” Aquí todo está en calma, solo el zumbido de los insectos y algún chapuzón ocasional. Después de navegar un rato, llegamos a un pequeño pueblo AfroMex. Los niños saludaban al pasar; alguien asaba pescado cerca, y se olía el humo mezclado con el aroma del mar. La comida fue sencilla—pescado a la parrilla con limón, o pollo si preferías, acompañado de tortillas hechas a mano. Si eres vegetariano, preparan algo fresco, solo avísales con anticipación. Más tarde visitamos un campamento de tortugas justo en la arena. Pude sostener una cría pequeñita—sus aletas se movían nerviosas—antes de dejarla ir y verla correr hacia el Pacífico. La última parada fue una granja nueva de cocodrilos escondida tras unas palmeras. Los cocodrilos son más grandes de lo que imaginas de cerca, pero el equipo sabe lo que hace y mantiene todo seguro. Regresamos con los pies llenos de arena y muchas más fotos de las que pensaba tomar.
Sí, es familiar y para todas las edades. La lancha es estable y no hay mucho que caminar. También puedes llevar cochecitos.
Claro que sí. Solo avísanos al reservar para que preparen algo fresco para ti.
Los verás seguro detrás de barreras en la granja. Los guías siempre están contigo para garantizar la seguridad.
Lleva bloqueador solar, un sombrero y sandalias que no te importe ensuciar con arena. El agua está incluida.
Recogida y regreso al hotel, guía local, agua embotellada, almuerzo (pescado, pollo o platillos mexicanos vegetarianos). ¡Solo dinos tu preferencia al reservar!
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