Bajas del avión en el calor de Cancún y ves tu nombre en un cartel — sin confusiones ni compartir el viaje. Tu traslado privado te lleva directo del aeropuerto a tu hotel en la Zona Hotelera con aire acondicionado, evitando las ofertas de timeshare. Solo tú (y tal vez tu protector solar) empezando a disfrutar México antes de desempacar.
¿Alguna vez has llegado a un lugar nuevo y sentido esa mezcla de emoción y “¿y ahora qué?” Eso me pasó a mí en el Aeropuerto de Cancún, parpadeando bajo el sol intenso, con la maleta sudada en la mano. Había leído que cerca de la zona de equipaje suelen estar los vendedores de timeshare, así que mantuve la mirada fija buscando mi nombre. Y ahí estaba Mario — con un cartel, sonriendo como si ya supiera lo cansado que estaba. Me saludó con una mezcla de timidez y calidez. El aire afuera me golpeó como un secador (en junio no es broma), pero la van a la que me llevó estaba fresca, casi demasiado al principio.
No esperaba que el viaje desde el Aeropuerto de Cancún a la Zona Hotelera fuera tan… tranquilo. Quizá era solo el alivio después del ruido del aeropuerto. Mario me preguntó si quería música o silencio — elegí silencio, la verdad — y salimos pasando entre multitudes y esos vendedores con camisetas neón agitando folletos. La carretera se desdibujaba con franjas de selva a ambos lados, pequeños rayos de sol colándose entre las hojas. Olía un poco a protector solar de coco (el mío se había derramado en la bolsa) mezclado con ese aroma dulce y húmedo que solo se siente cerca del mar. Noté que aquí todos manejan con un brazo fuera de la ventana; hasta Mario lo hizo cuando paramos en un semáforo.
El trayecto duró unos 25 minutos puerta a puerta — sin compartir con nadie más, se sintió rápido. Había sillas para bebés apiladas detrás de mí (parece que realmente las tienen listas), y Mario me contó dónde pasan los autobuses públicos por si alguna vez quiero probarlos. Me contó una anécdota de su primo que una vez se quedó atrapado hablando con vendedores de timeshare por una hora (“Nada de excursiones gratis,” se rió). Cuando llegamos a mi hotel, me ayudó con las maletas sin hacer mucho alboroto. Por alguna razón, ese pequeño gesto me quedó grabado más de lo que imaginé.
El traslado es privado; no compartirás el vehículo con otros pasajeros.
Tu conductor te espera afuera, en las plataformas de transporte, con un cartel con tu nombre.
El viaje suele durar alrededor de 25 minutos, según el tráfico.
Sí, hay asientos especiales para bebés si los necesitas.
Los animales de servicio están permitidos en este transporte privado.
Sí, se puede llevar cochecito o carriola para bebés y niños pequeños.
Podrías encontrarte con empleados ofreciendo traslados o excursiones; suelen ser vendedores de timeshare y no forman parte de este servicio.
Todos los vehículos usados para este traslado privado tienen aire acondicionado.
Tu reserva incluye transporte privado directo desde el Aeropuerto de Cancún a tu hotel en la Zona Hotelera en un vehículo con aire acondicionado, además de ayuda con el equipaje al recogerte. Si necesitas asiento para bebé o viajas con animales de servicio, solo avísanos con anticipación.
¿Necesitas ayuda para planear tu próxima actividad?