Caminarás donde estuvieron los aztecas en Teotihuacán, podrás subir las pirámides si te animas (sin presión), probarás mezcal ahumado en un taller artesanal y compartirás comida con otros viajeros antes de visitar la emotiva Basílica de Guadalupe—con transporte y guía incluidos. Prepárate para pequeñas sorpresas en el camino.
Te soy sincero: pensé que Teotihuacán iba a sentirse lejano, como otra clase de historia más. Pero apenas bajamos en la Plaza de las Tres Culturas, nuestra guía Ana señaló un muro desgastado y empezó a contar recuerdos de su abuela sobre las protestas ahí. La mañana estaba fresca, con ese polvito en el aire, y de fondo se escuchaban los vendedores gritando en español. Ahí entendí que este lugar no son solo ruinas ni una parada más en un tour desde Ciudad de México: aquí la historia sigue viva.
El camino hasta Teotihuacán fue más largo de lo que imaginaba (Ana dice que el tráfico siempre es así en la ciudad), pero sirvió para platicar con los demás en la van. Cuando por fin vimos las Pirámides del Sol y la Luna asomarse—de verdad, son mucho más grandes que en las fotos—sentí una mezcla rara de asombro y ganas de saber más. Intenté subir hasta la mitad de la Pirámide del Sol, las piernas me ardían, y unos niños locales me rebasaron riendo. Las piedras ya estaban tibias por el sol. En una parada, Ana me dio un pedacito de obsidiana de un taller; se sentía filosa, casi viva en la mano. Probamos mezcal ahumado por primera vez—y sí, pica al pasar pero deja un sabor terroso que dura toda la tarde.
La comida fue en un lugar familiar cerca de ahí—tortillas recién hechas, ensalada de nopales, ese tipo de cosas. La mesa se llenó de risas rápido; alguien trató de pedir en español y confundió “pollo” con “pulpo”, lo que hizo reír hasta al mesero. Después fuimos a la Basílica de Guadalupe. Había peregrinos de rodillas sobre el piso de piedra, velas por todos lados y ese aroma suave a lirios mezclado con antojitos que entraba por las puertas abiertas. Ana nos explicó lo que significa Guadalupe para los mexicanos—su voz se hizo bajita por un momento—y ahí noté cómo la fe está metida en la vida diaria aquí.
No dejo de pensar en esos momentos: la textura áspera de las piedras bajo mis manos, las carcajadas en la comida, ese silencio dentro de la basílica justo antes de que alguien empezara a cantar bajito detrás de nosotros. Si buscas un tour a Teotihuacán desde CDMX que se sienta humano (y no solo por cumplir), este me sorprendió mucho más de lo que esperaba.
El tour dura todo el día, incluyendo traslados y tiempo para comer.
Sí, incluye recogida y regreso a tu hotel en Ciudad de México.
Sí, la entrada a Teotihuacán viene incluida en tu reserva.
Un guía bilingüe te acompaña durante todo el recorrido.
Incluye comida mexicana tradicional en un restaurante local.
Puedes subir lo que quieras y te sientas cómodo; es opcional.
Sí, el transporte ida y vuelta entre todos los puntos está incluido.
También incluye degustación de tequila y seguro de viaje.
Tu día incluye recogida y regreso a tu hotel en CDMX, entradas a la zona arqueológica de Teotihuacán, recorridos guiados (en español o inglés), degustación de tequila en un taller artesanal, comida mexicana cerca de las pirámides y seguro de viaje para que disfrutes con tranquilidad antes de volver juntos.
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