Comienza tu excursión a Teotihuacan desde Ciudad de México con desayuno en una cueva real o en una terraza con vista a las pirámides, luego explora murales y sube templos con guía local. Prueba bebidas típicas en una cooperativa artesanal y crea tu propio chocolate en un taller de cacao. Una experiencia auténtica, llena de vida y que conecta contigo mucho después de volver.
Llegamos a Teotihuacan justo después del amanecer, aún con sueño. La ciudad despertaba despacio — se olía humo de leña y tortillas cerca. Nuestra guía, Alejandra, sonreía mientras nos llevaba directo, evitando las multitudes, a un restaurante dentro de una cueva que jamás habría encontrado sola. Adentro hacía fresco y el eco se mezclaba con pequeñas velas parpadeando en las paredes de piedra. El café sabía distinto ahí abajo — quizá más terroso, o será que yo exageraba antes de tomar cafeína. Probé los chilaquiles por primera vez y, la verdad, aún sueño con esa salsa.
Alejandro, quien manejaba la van, bromeaba con los cocineros mientras comíamos — nos contó que creció por la zona y nos señaló un lugar donde su abuela vendía tamales. Después del desayuno, paramos en una cooperativa de artesanos donde nos mostraron cómo el maguey se convierte en pulque y en hilo. Una mujer me dejó probar a moler obsidiana (más difícil de lo que parece). Degustamos mezcal y tequila — sorbos pequeños pero suficientes para sentir calorcito en el pecho. Li se rió cuando intenté pronunciar “pulque” en español; seguro lo dije fatal.
Las pirámides en persona se sienten irreales. Nuestra guía nos contó historias sobre los murales y por qué la Pirámide del Sol se alinea con ciertas estrellas — detalles que jamás habría notado por mi cuenta. Subir la Pirámide de la Luna me dejó sin aliento (no solo por las escaleras), pero la vista de toda esa ciudad antigua... se queda contigo. Había familias haciendo picnic bajo la sombra, vendedores llamando en voz baja y música de flauta flotando en el aire.
La última parada fue un taller de cacao escondido tras unos árboles — molimos granos y preparamos nuestros propios discos de chocolate. El aroma me recordó a la infancia de alguna forma. Al terminar, regresamos en la van a CDMX, con los zapatos llenos de polvo y la cabeza llena de historias. No dejaba de pensar en esos primeros momentos en la cueva — cómo la piedra vieja puede sentirse tan viva cuando compartes comida bajo tierra.
Sí, el transporte ida y vuelta desde tu alojamiento en CDMX está incluido.
Sí, puedes desayunar dentro de una cueva natural o en una terraza con vista a las pirámides.
Estarás entre 60 y 90 minutos dentro de la zona arqueológica.
Sí, puedes subir la Pirámide del Sol y la de la Luna si quieres.
Todos los boletos están cubiertos en la reserva, sin filas ni esperas.
Disfrutarás un desayuno tradicional mexicano y degustaciones de pulque, mezcal, tequila y chocolate en un taller de cacao.
El tour es para todos los niveles físicos, pero no se recomienda para embarazadas ni personas con problemas cardíacos o de columna.
Tu guía certificado es bilingüe (español/inglés).
Tu día incluye transporte desde tu hotel en Ciudad de México, entradas sin filas, desayuno tradicional mexicano servido en una cueva natural o terraza con vista a las pirámides de Teotihuacan, visitas guiadas a talleres artesanales con degustación de pulque y bebidas regionales, tiempo para subir las pirámides principales si quieres, un taller interactivo de cacao donde haces tu propio chocolate y regreso a tu hotel o Airbnb al finalizar.
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