Déjate llevar por los colores y sonidos mientras recorres las calles llenas de arte de San Pancho y el animado mercado de Sayulita en esta excursión privada desde Puerto Vallarta. Prueba comida local, conoce artesanos (quizá hasta intentes ensartar cuentas), pasea por playas cálidas y vuelve con arena en los pies y alguna que otra historia para contar.
Salimos de Puerto Vallarta poco después de las nueve, con las ventanas abajo, ese aire salado mezclado con el aroma del café fuerte en la van. Nuestro guía, Esteban, tenía ese don de señalar detalles que uno nunca nota — como un mural medio escondido tras la bugambilia o por qué los perros callejeros siempre duermen a la sombra cerca de la panadería (al parecer reciben sobras al mediodía). El camino a San Pancho no fue largo — ¿una hora quizá? — pero ya sentíamos que estábamos en otro mundo cuando pisamos esas calles llenas de vida. Me paraba una y otra vez solo para admirar los colores entrelazados y las paredes pintadas. En una galería, un hombre mayor pintaba jaguares sobre madera a la deriva; asintió cuando le pregunté si podía observar, no dijo mucho pero sonrió con los ojos.
Después de recorrer las galerías de San Pancho y escuchar fragmentos de música que escapaban por puertas abiertas, nos fuimos a Sayulita. Ese lugar vibra — tablas de surf por todos lados, niños corriendo descalzos, aromas a pescado a la parrilla y limón. El mercado artesanal es una locura; había una mujer wixárika ensartando cuentas en patrones diminutos que parecían imposibles. Intenté preguntarle con mi español básico y se rió (sin mala onda) antes de mostrarme cómo sujetar el hilo correctamente. Sayulita es ruidoso pero de una forma que no abruma — tal vez porque todos parecen felices de estar ahí. Seguimos los consejos de Esteban para comer y terminamos compartiendo tacos en un lugar que él recomendaba (y tenía razón). Aún sueño con esa salsa.
Después de la comida tuvimos tiempo libre y me fui caminando hacia la playa. La arena se me pegaba en los tobillos y todo olía a bloqueador y agua salada. Algunos tomaban fotos junto a las letras pintadas que forman SAYULITA, otros simplemente se sentaban con los pies en la orilla sin decir mucho. El sol caía pesado pero agradable. De regreso, el grupo estaba tranquilo — cansados pero contentos, ya sabes. Aparecieron bebidas de una hielera (otra vez Esteban), y alguien puso música bajito para que aún se escuchara el viento entrando por la ventana abierta.
Es una experiencia de día completo que incluye el traslado desde Puerto Vallarta o Bahía de Banderas.
Sí, se incluye recogida cuando es posible; de lo contrario te guiarán a un punto de encuentro cercano.
Se visitan San Pancho y Sayulita, ambos en Nayarit.
Sí, durante el transporte entre destinos se incluyen bebidas.
Sí, después de la visita guiada tendrás tiempo libre en Sayulita para fotos o relajarte.
La experiencia privada es para hasta 4 personas, ideal para parejas, amigos o familias.
Sí, hay transporte público disponible cerca de los puntos de reunión si lo necesitas.
Tu día incluye transporte privado con bebidas durante el viaje, recogida en hotel cuando sea posible (o guía a un punto de encuentro fácil), además de tiempo para explorar el arte de San Pancho y el bullicioso mercado de Sayulita antes de regresar cómodamente.
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