Recorre los barrios de Puerto Vallarta probando desde tacos de barbacoa hasta flan frente al mar con una guía local. Historias reales detrás de cada platillo, risas en la van y sabores suficientes para una comida completa — transporte y agua incluidos. No es solo comer, es sentir la ciudad por una tarde.
Confieso que me apunté a este tour gastronómico en Puerto Vallarta más por curiosidad que por otra cosa — no solo por la comida, sino para sentir cómo es recorrer barrios que nunca habría visitado por mi cuenta. La van ya estaba animada cuando subí, con gente haciendo apuestas sobre qué probaríamos primero. Nuestra guía, Paola, nos recibió con esa calidez relajada que solo tienen quienes aman su ciudad. Nos entregó botellas de agua y nos recomendó ir con calma — “siete paradas,” sonrió, “y querrán guardar espacio para el postre.”
La primera parada fue Pitillal. No es la zona típica de postal; en realidad, eso fue lo que la hizo especial. Probamos tacos de barbacoa tan jugosos que me goteaban por la muñeca (sin pena), y Paola nos contó cómo cada familia tiene su propia receta para el adobo. Hubo risas cuando alguien intentó decir “tortas ahogadas” — no diré quién. El pan absorbe la salsa picante de una manera que es desordenada pero perfecta. En un momento, una vendedora local nos saludó desde su puesto y gritó algo que entendí a medias — fue como entrar en un secreto compartido.
En Versalles, el aire empezó a oler dulzón — tamales humeando en algún lugar cercano. También probamos atole, que es caliente, espeso y de alguna forma reconfortante, aunque hacía bastante calor afuera. La tostada de mariscos en 5 de Diciembre estaba tan fresca que primero sentí el sabor del limón antes que nada más. Hubo momentos de silencio entre bocados, todos asintiendo con la cabeza como diciendo: esto está buenísimo.
Terminamos en el centro con un flan en un lugar justo frente a la playa. La luz del sol brillaba en las olas mientras Paola nos contaba cómo su abuela preparaba flan para los cumpleaños. Quizá fue la brisa del mar o simplemente estar lleno y feliz después de tantas degustaciones, pero aún recuerdo ese instante — caramelo pegajoso en la cuchara, arena bajo los pies, sintiendo que había descubierto un lado de Puerto Vallarta que pocos visitantes conocen.
Tu boleto incluye siete degustaciones completas en varios barrios.
Sí, te moverás en una van Mercedes Sprinter de 20 asientos junto con el grupo.
Sí, hay opciones vegetarianas si lo indicas al reservar.
El tour recorre Pitillal, Versalles, 5 de Diciembre y el centro de Puerto Vallarta.
Se incluye agua embotellada durante todo el recorrido; otras bebidas pueden comprarse en las paradas.
El tour es accesible para sillas de ruedas y los bebés o niños pequeños pueden ir en coche o carriola.
Probarás tacos de barbacoa, tortas ahogadas, tamales, atole, tostada de mariscos, tacos de birria, aguas frescas, café y flan.
Tu día incluye transporte cómodo en van entre cuatro barrios de Puerto Vallarta con siete degustaciones generosas (suficientes para una comida), agua embotellada durante el recorrido y la guía de un local experto que comparte historias detrás de cada platillo.
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